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lunes, 26 de septiembre de 2011

CARA ÁNGEL


La vieja manía de traducir los títulos de las películas rodadas en otros idiomas distintos al del lugar del estreno es una fea costumbre. Pero, hoy, quiero escribir de caras bonitas. ¿Cómo decirlo: caras con ángel o caras de ángel?
El célebre musical Funny Face (1957), dirigido por Stanley Donen, es conocido en España por el título Una cara con ángel. Funny traslation del inglés, diríamos, ante el que uno se encuentra, la verdad, un poco perdido... No es tarea sencilla, ciertamente, traducir al español el término «funny». «Funny» significa «divertido» o «gracioso», pero, igualmente, «raro» o «poco corriente». En nuestro idioma, una cara con ángel viene a querer decir «una cara con gracia».
La cosa, sin embargo, tiene poca gracia. Vamos a ver, respóndanme ustedes a esta pregunta, queridos amigos, se lo ruego: ¿puede definirse de esa guisa ―una cara con gracia― un rostro de querubín como el de Audrey Hepburn? ¿No ven ustedes, como yo veo, un ser angelical en vez de un rostro simplemente... gracioso?


Repasemos otros rostros femeninos tocados por la gracia de la belleza divina, la belleza elevada y dulce, con embeleso, ternura y pureza. No todas las bellezas son de esta clase. Aunque tampoco pintan mal las pingirls, las mujeres cemento y las monumento, las volcánicas y las petroleras, las que tiene que servir y las femmes fatales, las neumáticas y las explosivas, las de quitarse el sombrero y las que quitan el hipo. Todas ellas respetables señoras ante las que inclinarse. Pero eso será para otra ocasión.
Antes que pase un ángel y nos quedemos todos mudos, aunque no de piedra, que comience el pase de modelos de hermosura seráfica. Para empezar, fijemos nuestra atención en algunas reinas del cine silente, benditas sean, ante cuyos rostros uno, francamente, se queda sin habla.
Lillian Gish, mirada cándida y tierna, boquita de piñón, es el ángel del paraíso, un ángel que vuela alto en el cielo de las estrellas. Frágil muñeca de porcelana que el villano y el malvado de película ansían quebrar. Eterna niña, de mayor protegió a los niños del cazador nocturno, hambriento de carne inocente.

Mary Pickford, rodeada siempre de hombres famosos, caballeros con mucha fama, conservó en todo momento un aire virginal que todavía me conmueve.


As times goes by. Nuevas apariciones ocupan las pantallas del cinematógrafo, cautivándonos y maravillándonos. Ruby Catherine Stevens ―más conocida como Barbara Stanwyck― recorría con tal garbo la línea del coro que llegó a ser chica Ziegfeld. De las bambalinas pasa más tarde a la pantalla. En 1933 interpreta, bajo la dirección de Alfred E. Green a Lily Powers en el filme Carita de ángel (Baby Face). En esta ocasión, la traducción es perfecta, no da lugar a dudas y nada que objetar. Quien parece no haber roto un plato en su vida, se nos descubre (en todos los sentidos) como una muchacha que desea subir alto y a toda prisa, no sirviéndose para ello de alas de ángel, sino metiéndose bajo el ala de los tipos con pasta, y, si es preciso, entre sus sábanas. ¡Hala, lo que ha dicho!
Tampoco en Stella Dallas (1937), a las órdenes de King Vidor, Barbara Stanwyck acaba siendo como parecía/aparecía en los primeros planos del filme. Allí, la joven Stella, mirándose al espejo, se me antoja una tierna blancanieves arreglándose el cabello con primor, sabiéndose la chica más bella del mundo, en busca de príncipe. Lo consigue. O casi, porque el príncipe no es más que un soso esposo. El esplendor, fugaz como una estrella, cuando no es cuidada, acaba estrellándose en la dura realidad. Eso le pasa a la madura Stella. Les ahorro el fotograma que lo prueba. Aquí y ahora sólo cuentan las caras bonitas.


También a muchos nos embaucó Jean Simmons en Cara de ángel (Angel Face, 1952), dirigida por Otto Preminger.  El angelito se llevó a Robert Mitchum a volar por los aires.


De Marlene Dietrich dijo Jean Cocteau que su nombre comienza con una caricia y acaba como un latigazo. Aunque no se trate de su primera interpretación en la pantalla, El ángel azul (Der blaue Engel, 1930), película dirigida por Josef von Stenberg, lanza a la fama a Marlene. Pero, yo quiero recordarla ahora como ángel sin más, sin colorantes, aunque probablemente con algún conservante.  

Ni el propio cineasta que la dirige, Ernst Lubitsch, en Angel (1937), puede resistirse ni contenerse ante los encantos de este espíritu celestial.

Siento un turbador hechizo cada vez que contemplo el rostro pulcro y delicado de Gene Tierney. Incluso cuando lleva la carita sucia en La ruta del tabaco (Tobacco Road, 1941), dirigida por John Ford. Mas, ahora, lo dicho: sólo caras bonitas.

Habrá quien se pregunte qué hace una chica traviesa como Brigitte Bardot en este Olimpo de diosas. Si está Brigitte, también podría estar Ava Gardner, ¿no? No, no, Ava, la Eva del celuloide, invita al pecado. Brigitte, en cambio, al menos en la foto aquí escogida, firmada por Richard Avedon, diríase pintada por Rafael, ¿o no? 


Julie Christie no me deja frío nunca. Ni tocada con gorro de zorro en la estepa madrileña ni vestida de raso en un salón ruso. ¿Qué me pasa, doctor? ¿Tendré celos de Zhivago?

A Jacqueline Bisset la vi emerger de la noche americana siendo una jovencita adorable. Ya de mujer madura, no la perdí tampoco de vista, cuando llegó a ser rica y famosa. No sabría decir en qué momento me gusta más.

Solveig Dommartin constituyó una auténtica revelación en el filme Cielo sobre Berlín (Der Himmel über Berlin, 1987), dirigido por Wim Wenders

Viéndola balanceándose en el columpio del circo, las alas y el cabello al viento, lamenta uno no poder volar, más allá de la imaginación, para abrazar la causa de esta Siegessäule que me lleve a la victoria. 

Esta sí, finalmente, y literalmente hablando, es una cara (Marion/Solveig Dommartin) con un ángel (Damiel/Bruno Ganz).

17 comentarios:

  1. Gran post, vive dios, D. Fernando, estan todas las que son...
    Sobre la que vd. cita en primer lugar, casi puedo decir que es la que menos aprecio, porque la lista se las trae, a mi esa cara tan "angelical" no me pone, como la Gish, la Stanwick y ! O cielos santo! mi Julie Christie.
    Además que coincido en buena parte de ellas, sobre todo la sobrecogedora hechicera Gene Tierney en la olvidada "Tobacco Road" que vd hace bien en traer al foso, y esa forma lasciva de arrastrarse, tan criticada. Pero cualquiera de ellas merece el apelativo.
    Si puedo poner un pero, hay una cara, no se si bonita o no, ahí entra el factor gusto, y que pocas actrices supieron transmintirme el desamparo y la ternura, me refiero a J. Fontaine, en Rebecca por ejemplo, o en "Sospecha" y aunque no fuera una belleza, ni siquiera estoy seguro que ni siquiera guapa, la Massina tenia algo de ese angel.

    Estoy deseando la segunda parte donde entran las neumáticas y explosivas. Eso tiene que ser la bomba!

    Saludos
    Roy

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  2. Cómo está el patio de butacas para una tarde ya otoñal de finales de septiembre.
    Gran post, tan bello como sus protagonistas, en donde son todas las que están pero no están todas las que son.

    Qué brillante definición la de Cocteau!

    Qué acertado traer a bellezas más olvidadas como Christie; incluso ahora, sobrecoge observar un rostro que se sabe fue muy bello (lo sigue siendo).

    Y la cara de Audrey de "funny" strictu sensu no tenía nada, pero de ángel mucho!

    Me ha gustado mucho mucho, Fernando!

    Salucines

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  3. Gracias, Roy, por tu gentil comentario. ¡Cómo olvidarse de Gene Tierney, la pequeña salvaje de “Tobacco Road”, la serpenteante criatura “con esa forma lasciva de arrastrarse” (bien visto y dicho), intentando seducir y llevar al pecado al bruto Ward Bond!

    No tengo muy claro tus propuestas de inclusión en este selecto club. Cary Grant llama a Joan Fontaine “carita de mono” en “Sospecha”, tan dirigida por Hitchcock como “Rebeca”. ¿Y quién soy yo para desdecir a Cary de angelote? ¿La Masina...? Mmmm... Ya conoces mi devoción por Giulietta, pero para esta categoría, no sé. Aunque, sí reconozco que “è molto carina”.

    No me excites mucho con las neumáticas…

    Salucines

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  4. Muy amable, deWitt. La precisión que haces es correcta: “son todas las que están, pero no están todas las que son”. Esto hace que tal vez, más adelante, me anime a hacer una segunda parte. ¿Alguna sugerencia?

    Aunque ya ves que el amigo Roy me empuja hacia otra dirección más... explosiva.

    Salucines

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  5. El amigo Roy es un juez muy "explosivo" jejeje! Y sugerencias, muchísimas, pero lo dejo en tus manos y en tu buen criterio!

    Salucines

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  6. Gran post, cierto, Jacqueline Bisset ya emergía como atractiva varicelosa rival de Audrey Hepburn.

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  7. Gracias, Isak. Jacqueline Bisset es mujer hermosa y gran actriz.Y con una amplia filmografía a sus espaldas. Lástima, desde mi punto de vista, que no tenga el brillo (la filmografía, digo, no la mujer) de la de Audrey Hepburn.

    Salucines

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  8. ¡Ay! El tiempo es un adversario de fuste: esas magníficas fotografías le dejan a uno maravillado y casi se olvida de la impresión de ver a la bella Jaqueline Bisset hace pocos días en la serie Rizzoli & Isles....

    Espero no envejecer de la misma forma; claro que, en esto, las beldades juveniles siempre tienen las de perder...

    Estupenda recolección y espero, como quienes me preceden, a la segunda parte...

    Un abrazo.

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  9. Cierto, Josep. De ahí la obsesión de muchas "diosas" de la pantalla por apartarse del mundanal ruido a la primera señal de declive físico. Es el caso de la Garbo, mujer hermosa, pero que tampoco pertenece, exactamente, a esta categoría.

    Hay, sin embargo, ejemplos de señoras que han llegado a la madurez de una forma más que digna.

    La segunda parte, ¿por qué dirección va entonces..? ¿Más "cara ángel"? ¿Señoras estupendas? ¿Las de rompe y rasga...?

    Salucines

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  10. Yo creo que Audrey lo tiene todo. Se queda con la plabra 'ángel' en toda su extensión.
    Cierto que por las fotos de la época tanto Pickford como Gish, son muy angelicales, pero para nada veo angelicales a Dietrich ni a Standwick. No señor!! Imposible!!
    Y con el tiempo creo que esa parte 'angelical' se va perdiendo un poco. ¿Será que ya no están de moda?
    Un saludo.

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  11. Gracias, Manderly, por tu comentario. Convendrás conmigo en que los acuerdos sobre las listas de cine (incluso sobre las listas de boda) crean más desacuerdos que dilucidar el sexo de los ángeles. Fíjate que incluso acerca de la "divinidad" de Audrey Hepburn tampoco hay aquí unanimidad.

    Salucines

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  12. Cierto que algunas caras son angelicales, pero ¿realmente eran así? ¿O solo actuaban? A lo mejor en la privacidad con sus novios, maridos o allegados eran unas brujas en el sentido literal de la palabra; Quien sabe...

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  13. No te falta razón, Lorenzo, en la prevención señalada. Por ese motivo, el lenguaje, que es muy sabio, para referirse a algunas caras angelicales, utiliza la expresión inglesa "baby face" o la española "carita de ángel"...

    Salucines

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  14. !Magnifico repaso Fernando!
    !Que angelitos mas maravillosos! y que películas!......
    La magia del cine hace que un@ se lo crea todo durante un rato...
    Saludos y mucho cine...
    Margot

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    1. Gracias, Margot, por tu amable comentario. Que sueñes con los ángeles...

      Salucines

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  15. Todas y cada una de ellas, maravillosos " ángeles ", La Picfork, con esos tirabuzones, Stanwick, deliciosa en Stella Dallas, Jean Simmons, con ese final ...mi adorada Julie Christie, y esa enferma de celos bellísima Gene Tierney, La Bisset, hermosa en La noche Americana, y aún sigue preciosa y por último esa Solveig Dommartin, en la impagable El Cielo sobre Berlin, añadiré que maravillso actor en Bruno Ganz.

    Pues nada Fernando, que me encantado el post molt, molt.

    Salucines.

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    1. Gracies, xiqueta meua. Aunque para estar completo el post, faltas tú... A ver si en la segunda parte...

      Salucines

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