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lunes, 24 de septiembre de 2012

HOLLYWOOD REVELADO: EL AMANECER DE UN LIBRO DE CINE

Foto: Reed Saxon AP

Aprovecho la ocasión del estreno del blog Hollywood revelado para brindarles una entrada destinada a este mi nuevo libro, nuestro libro, el libro de todos ustedes. ¿Brindamos…?

Es curioso, pero llevamos un año trabajando en este volumen, se encuentra a punto de caramelo (para chuparse los dedos) y hasta este momento no había reservado en Cinema Genovés un post específico a un ensayo cinematográfico del que no soy ajeno, sino, por lo menos, parte contratante de la primera parte. ¿Será cosa  de la modestia, del decoro o de la contención? ¿Qué será, será…? 

Bueno, bueno, pues de hoy no pasa. Muy pronto tendrán a su disposición un libro escrito con amor al cine, por unos autores de gran categoría, conocedores del medio cinematográfico y del arte de la escritura: Josep Carles Laínez, Hilario J. Rodríguez, Carlos Tejeda, Enrique S. Tenreiro (nuestro amigo deWitt) y un servidor de ustedes, que actúa de coordinador de un proyecto en su amanecer. Sobre el contenido del libro, la proyección de la obra, su presente y futuro, sobre sus autores, pueden encontrar más información en el blog, creado, justamente, para asegurar tal propósito.




Hollywoodrevelado tiene vocación y disposición, aspiración e inspiración, de llegar a ser algo más que un libro de cine. ¡Por si esto fuera poco! Le mueve la idea componer una enciclopedia de directores del cine norteamericano de primera calidad, pero habitualmente no situados en la primera fila. Ya saben ustedes, la primera fila suele estar reservada para autoridades, familiares y celebridades… Una enciclopedia de realizadores que, sin ser estrellas refulgentes, de todos conocidas y por todos admiradas, brillan con luz propia, aunque para muchos todavía estén en la penumbra. Una enciclopedia con traza de planetario cinematográfico. Una enciclopedia, en fin, de cineastas esenciales, alojados ordinariamente en la recámara. Es la hora de que hacerlos salir a escena, de hacerles salir disparados en dirección al espacio luminoso. Es la hora de apuntar y dar en el blanco lienzo de la pantalla.

Para empezar, con todos ustedes, diez directores de Hollywood revelados:
John Cromwell (1887-1979), W. S. Van Dyke (1889-1943), Clarence Brown (1890-1987), Frank Borzage (1894-1962), Rouben Mamoulian (1897-1987), Mitchell Leisen (1898-1972), Gordon Douglas (1907-1993), Robert Wise (1914-2005), Robert Mulligan (1928-2008), Arthur Penn (1929-2010).


               Foto: Ted VanCleave

lunes, 17 de septiembre de 2012

BELLS ARE RINGING (1960)


Título versión española: Suena el teléfono
Duración: 127 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Vincente Minnelli
Guión: Betty Comden, Adolph Green
Música: Jule Styne
Fotografía: Milton R. Krasner
Reparto: Judy Holliday, Dean Martin, Fred Clark, Eddie Foy Jr., Jean Stapleton, Ruth Storey, Dort Clark, Frank Gorshin, Ralph Roberts
Producción: Metro-Goldwyn-Mayer



Vincente Minnelli es uno de los grandes cineastas de Hollywood, el cual ha sabido ganarse el respeto y la admiración del público e incluso de la profesión. Esto último supone cruzar un foso del que pocos salen bien librados. Bien lo sabía el mismo Minnelli, director de Cautivos del mal (The Bad and the Beautiful, 1952), film que representa una vivisección despiadada de la flora y la fauna de Hollywood. Profesional metódico y riguroso, debe enfrentarse al capricho de las estrellas, a las órdenes de los magnates del estudio y a las mil vicisitudes que acompañan cada rodaje. Y suele salir bien librado del trance.

Por si esto fuera poco, convive cinco heroicos años, con Judy Garland, su primera mujer, personalidad débil e inestable hasta rozar lo patológico. En la autobiografía del director, Lo recuerdo muy bien (I Remember it Well, 1974) describe la amorosa paciencia que tuvo que demostrar junto a la Garland, hasta que en 1951, la relación acaba en divorcio.

Ese mismo año estrena Un americano en París (An American in Paris), cinta esencial en el cine musical de todos los tiempos. Si bien, todavía le quedará por delante al cineasta nacido en Chicago veinticinco años de trabajo y gran creatividad. No salgamos, pues, del género musical. Además de este título inmortal, Minnelli rodará dos años más tarde, en 1953, Band Wagon (Melodías de Broadway, 1955), y no me pregunten por lo anacrónico del rótulo de la versión española, turbador y antojadizo como es propio de las traslaciones idiomáticas en este ámbito del espectáculo. Y ya tenemos dos de mis títulos favoritos del cine de la alegría por excelencia.

 
Sin llegar a la altura y grandeza de ambos monumentos del celuloide animado por la música y la danza, hay otro ejemplo, en la filmografía del director, de buen oficio y garantía de diversión. Una película apenas conocida, y casi nunca citada a la hora de referirse a sus trabajos: Suena el teléfono (Bells Are Ringing, 1960). Curioso caso. Y eso que en el reparto cuenta con dos estrellas de campanillas: Judy Holliday y Dean Martin, ambos en uno de sus mejores interpretaciones.


La simpática y divertida actriz goza ya de la madurez que le supone haber superado los cuarenta años. Mujer, además, de complexión —digamos— espaciosa…, exhibe aquí, sin embargo, una lozanía, un desparpajo y una energía que ya quisieran para sí muchas jovencitas. Lo dicho, por lo que a mí respecta, nunca la he visto mejor.

Por su parte, el bueno de Dino está también simpaticón y muy convincente; se nota que está a gusto en el papel, en la película. Canta como en sus mejores momentos y actúa como siempre, correctamente; en la única secuencia en la debe dar unos pasos de baile junto a Judy demuestra ser un patoso de campeonato. Pero, amigos míos, nadie es perfecto. Ay, amigas mías, a Dean Martin se le perdonan fácilmente pequeños deslices, ¿verdad?



 
Y por si esto fuera poco, tenemos una partitura de quitarse el sombrero. Compuesta por Jule Styne, tiene todo el sabor reconocible del mejor musical de Broadway. A quien no le suenen las campanillas del buen conocimiento del género, le diré que Styne es un compositor habitual en los teatros de la gran senda luminosa de Manhattan. Más conocido por algunas de sus canciones que por las obras íntegras llevadas a las tablas (o a los platós de cine). ¿A quién no le suenan piezas tan célebres como Let It Snow! Let It Snow! Let It Snow!, Just in time (interpretada por Martin en este film) o Diamonds Are a Girl's Best Friend…?






Disfruten de esta película. Esto es alegría. Esto es cine de primera. That’s Entertainment!