La vieja manía de traducir los títulos de
las películas rodadas en otros idiomas distintos al del lugar del estreno es
una fea costumbre. Pero, hoy, quiero escribir de caras bonitas. ¿Cómo
decirlo: caras con ángel o caras de ángel?
El célebre musical Funny Face (1957),
dirigido por Stanley Donen, es
conocido en España por el título Una cara con ángel. Funny traslation del inglés, diríamos,
ante el que uno se encuentra, la verdad, un poco perdido... No es tarea
sencilla, ciertamente, traducir al español el término «funny». «Funny»
significa «divertido» o «gracioso», pero, igualmente, «raro» o «poco corriente».
En nuestro idioma, una cara con ángel
viene a querer decir «una cara con gracia».
La cosa, sin embargo, tiene poca gracia. Vamos a ver, respóndanme ustedes a esta
pregunta, queridos amigos, se lo ruego: ¿puede definirse de esa guisa ―una cara
con gracia― un rostro de querubín como el de Audrey Hepburn? ¿No ven ustedes,
como yo veo, un ser angelical en vez de
un rostro simplemente... gracioso?
Antes que pase un ángel y nos quedemos
todos mudos, aunque no de piedra, que comience el pase de modelos de hermosura
seráfica. Para empezar, fijemos nuestra atención en algunas reinas del cine silente, benditas sean, ante cuyos rostros uno,
francamente, se queda sin habla.
Lillian Gish, mirada cándida y tierna, boquita de piñón, es el ángel del paraíso, un ángel que vuela alto en el cielo de las estrellas. Frágil muñeca de porcelana que el villano y el malvado de película ansían quebrar. Eterna niña, de mayor protegió a los niños del cazador nocturno, hambriento de carne inocente.
Mary Pickford, rodeada siempre de hombres famosos, caballeros con mucha fama, conservó en todo momento un aire virginal que todavía me conmueve.
As times goes by. Nuevas
apariciones ocupan las pantallas del cinematógrafo, cautivándonos y
maravillándonos. Ruby
Catherine Stevens ―más conocida como Barbara
Stanwyck― recorría con tal garbo la línea del coro que llegó a ser chica
Ziegfeld. De las bambalinas pasa más tarde a la pantalla. En 1933
interpreta, bajo la dirección de Alfred
E. Green a Lily Powers en el filme Carita de ángel (Baby
Face). En esta ocasión, la traducción es perfecta, no da lugar a dudas
y nada que objetar. Quien parece no haber roto un plato en su vida, se nos
descubre (en todos los sentidos) como una muchacha que desea subir alto y a
toda prisa, no sirviéndose para ello de alas de ángel, sino metiéndose bajo el
ala de los tipos con pasta, y, si es preciso, entre sus sábanas. ¡Hala, lo que
ha dicho!
Tampoco en Stella Dallas (1937), a
las órdenes de King Vidor, Barbara Stanwyck acaba siendo como
parecía/aparecía en los primeros planos del filme. Allí, la joven Stella, mirándose al
espejo, se me antoja una tierna
blancanieves arreglándose el cabello con primor, sabiéndose la chica más
bella del mundo, en busca de príncipe. Lo consigue. O casi, porque el príncipe no es más que un soso esposo.
El esplendor, fugaz como una estrella, cuando no es cuidada, acaba
estrellándose en la dura realidad. Eso le pasa a la madura Stella. Les ahorro
el fotograma que lo prueba. Aquí y ahora sólo cuentan las caras bonitas.
Ni el propio cineasta que la dirige, Ernst Lubitsch, en Angel (1937), puede resistirse ni contenerse
ante los encantos de este espíritu celestial.
Siento un turbador hechizo cada vez que
contemplo el rostro pulcro y delicado de Gene Tierney. Incluso cuando lleva la
carita sucia en La ruta del tabaco (Tobacco Road, 1941), dirigida por
John Ford. Mas, ahora, lo dicho: sólo caras bonitas.
Habrá quien se pregunte qué hace una chica
traviesa como Brigitte Bardot en este Olimpo de diosas. Si está Brigitte,
también podría estar Ava Gardner, ¿no? No, no, Ava, la Eva del celuloide,
invita al pecado. Brigitte, en cambio, al menos en la foto aquí escogida,
firmada por Richard Avedon, diríase pintada por Rafael, ¿o no?
Julie Christie no me deja frío nunca. Ni
tocada con gorro de zorro en la estepa madrileña ni vestida de raso en un salón
ruso. ¿Qué me pasa, doctor? ¿Tendré celos de Zhivago?
A Jacqueline Bisset la vi emerger de la noche americana siendo una jovencita adorable. Ya de mujer madura, no la perdí tampoco de vista, cuando llegó a ser rica y famosa. No sabría decir en qué momento me gusta más.
Solveig
Dommartin
constituyó una auténtica revelación en el filme Cielo sobre Berlín (Der
Himmel über Berlin, 1987), dirigido por Wim Wenders.
Viéndola balanceándose en el columpio del circo, las
alas y el cabello al viento, lamenta uno no poder volar, más allá de la
imaginación, para abrazar la causa de esta Siegessäule
que me lleve a la victoria.
Esta sí, finalmente, y literalmente hablando, es una cara
(Marion/Solveig Dommartin) con un ángel (Damiel/Bruno Ganz).
Gran post, vive dios, D. Fernando, estan todas las que son...
ResponderEliminarSobre la que vd. cita en primer lugar, casi puedo decir que es la que menos aprecio, porque la lista se las trae, a mi esa cara tan "angelical" no me pone, como la Gish, la Stanwick y ! O cielos santo! mi Julie Christie.
Además que coincido en buena parte de ellas, sobre todo la sobrecogedora hechicera Gene Tierney en la olvidada "Tobacco Road" que vd hace bien en traer al foso, y esa forma lasciva de arrastrarse, tan criticada. Pero cualquiera de ellas merece el apelativo.
Si puedo poner un pero, hay una cara, no se si bonita o no, ahí entra el factor gusto, y que pocas actrices supieron transmintirme el desamparo y la ternura, me refiero a J. Fontaine, en Rebecca por ejemplo, o en "Sospecha" y aunque no fuera una belleza, ni siquiera estoy seguro que ni siquiera guapa, la Massina tenia algo de ese angel.
Estoy deseando la segunda parte donde entran las neumáticas y explosivas. Eso tiene que ser la bomba!
Saludos
Roy
Cómo está el patio de butacas para una tarde ya otoñal de finales de septiembre.
ResponderEliminarGran post, tan bello como sus protagonistas, en donde son todas las que están pero no están todas las que son.
Qué brillante definición la de Cocteau!
Qué acertado traer a bellezas más olvidadas como Christie; incluso ahora, sobrecoge observar un rostro que se sabe fue muy bello (lo sigue siendo).
Y la cara de Audrey de "funny" strictu sensu no tenía nada, pero de ángel mucho!
Me ha gustado mucho mucho, Fernando!
Salucines
Gracias, Roy, por tu gentil comentario. ¡Cómo olvidarse de Gene Tierney, la pequeña salvaje de “Tobacco Road”, la serpenteante criatura “con esa forma lasciva de arrastrarse” (bien visto y dicho), intentando seducir y llevar al pecado al bruto Ward Bond!
ResponderEliminarNo tengo muy claro tus propuestas de inclusión en este selecto club. Cary Grant llama a Joan Fontaine “carita de mono” en “Sospecha”, tan dirigida por Hitchcock como “Rebeca”. ¿Y quién soy yo para desdecir a Cary de angelote? ¿La Masina...? Mmmm... Ya conoces mi devoción por Giulietta, pero para esta categoría, no sé. Aunque, sí reconozco que “è molto carina”.
No me excites mucho con las neumáticas…
Salucines
Muy amable, deWitt. La precisión que haces es correcta: “son todas las que están, pero no están todas las que son”. Esto hace que tal vez, más adelante, me anime a hacer una segunda parte. ¿Alguna sugerencia?
ResponderEliminarAunque ya ves que el amigo Roy me empuja hacia otra dirección más... explosiva.
Salucines
El amigo Roy es un juez muy "explosivo" jejeje! Y sugerencias, muchísimas, pero lo dejo en tus manos y en tu buen criterio!
ResponderEliminarSalucines
Gran post, cierto, Jacqueline Bisset ya emergía como atractiva varicelosa rival de Audrey Hepburn.
ResponderEliminarGracias, Isak. Jacqueline Bisset es mujer hermosa y gran actriz.Y con una amplia filmografía a sus espaldas. Lástima, desde mi punto de vista, que no tenga el brillo (la filmografía, digo, no la mujer) de la de Audrey Hepburn.
ResponderEliminarSalucines
¡Ay! El tiempo es un adversario de fuste: esas magníficas fotografías le dejan a uno maravillado y casi se olvida de la impresión de ver a la bella Jaqueline Bisset hace pocos días en la serie Rizzoli & Isles....
ResponderEliminarEspero no envejecer de la misma forma; claro que, en esto, las beldades juveniles siempre tienen las de perder...
Estupenda recolección y espero, como quienes me preceden, a la segunda parte...
Un abrazo.
Cierto, Josep. De ahí la obsesión de muchas "diosas" de la pantalla por apartarse del mundanal ruido a la primera señal de declive físico. Es el caso de la Garbo, mujer hermosa, pero que tampoco pertenece, exactamente, a esta categoría.
ResponderEliminarHay, sin embargo, ejemplos de señoras que han llegado a la madurez de una forma más que digna.
La segunda parte, ¿por qué dirección va entonces..? ¿Más "cara ángel"? ¿Señoras estupendas? ¿Las de rompe y rasga...?
Salucines
Yo creo que Audrey lo tiene todo. Se queda con la plabra 'ángel' en toda su extensión.
ResponderEliminarCierto que por las fotos de la época tanto Pickford como Gish, son muy angelicales, pero para nada veo angelicales a Dietrich ni a Standwick. No señor!! Imposible!!
Y con el tiempo creo que esa parte 'angelical' se va perdiendo un poco. ¿Será que ya no están de moda?
Un saludo.
Gracias, Manderly, por tu comentario. Convendrás conmigo en que los acuerdos sobre las listas de cine (incluso sobre las listas de boda) crean más desacuerdos que dilucidar el sexo de los ángeles. Fíjate que incluso acerca de la "divinidad" de Audrey Hepburn tampoco hay aquí unanimidad.
ResponderEliminarSalucines
Cierto que algunas caras son angelicales, pero ¿realmente eran así? ¿O solo actuaban? A lo mejor en la privacidad con sus novios, maridos o allegados eran unas brujas en el sentido literal de la palabra; Quien sabe...
ResponderEliminarNo te falta razón, Lorenzo, en la prevención señalada. Por ese motivo, el lenguaje, que es muy sabio, para referirse a algunas caras angelicales, utiliza la expresión inglesa "baby face" o la española "carita de ángel"...
ResponderEliminarSalucines
!Magnifico repaso Fernando!
ResponderEliminar!Que angelitos mas maravillosos! y que películas!......
La magia del cine hace que un@ se lo crea todo durante un rato...
Saludos y mucho cine...
Margot
Gracias, Margot, por tu amable comentario. Que sueñes con los ángeles...
EliminarSalucines
Todas y cada una de ellas, maravillosos " ángeles ", La Picfork, con esos tirabuzones, Stanwick, deliciosa en Stella Dallas, Jean Simmons, con ese final ...mi adorada Julie Christie, y esa enferma de celos bellísima Gene Tierney, La Bisset, hermosa en La noche Americana, y aún sigue preciosa y por último esa Solveig Dommartin, en la impagable El Cielo sobre Berlin, añadiré que maravillso actor en Bruno Ganz.
ResponderEliminarPues nada Fernando, que me encantado el post molt, molt.
Salucines.
Gracies, xiqueta meua. Aunque para estar completo el post, faltas tú... A ver si en la segunda parte...
EliminarSalucines