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lunes, 21 de febrero de 2011

PURO CABRERA INFANTE


En recuerdo de Guillermo Cabrera Infante, 
gran escritor y cinéfilo cubano, fallecido el 21 de febrero de 2005, lejos de La Habana

No concibo tarea escritora más ingrata que componer un obituario o una nota necrológica, una pieza de réquiem, a raíz del fallecimiento de una persona respetada, apreciada y aun querida. Mas, en la hora de la muerte de Guillermo Cabrera Infante me impongo el deber de rendir homenaje a un escritor eminente, a un intelectual cubano de su tiempo que vive y muere fuera de sitio por imposición, a un luchador por la libertad.
Y digo que es labor costosa e ingrata más que nada porque, en estos casos, debemos referirnos en tiempo pasado a los ahora difuntos, cuando desde lo más profundo de nuestra alma desearíamos que siguiesen existiendo y poder hablar con ellos y de ellos en tiempo presente, continuamente.
Existe otra clase de tremendos cruzamientos de instancias soberanas condenadas a entenderse. Sucede esto con las formas de pensar y hablar, con las maneras de cavilar y decir, con  los modos de concebir y escribir. De esas odiseas saben más que nadie los que un día tuvieron que «transterrarse» por la fuerza a una nueva patria que no sólo habla con otro acento y cadencia, sino que, sencillamente, habla otra lengua. Ocurre que uno, por lo común, no llega a acostumbrarse jamás a manejarse con naturalidad en una lengua importada, segunda, extraña.
Cabrera Infante, quien tanto amaba la lengua española, sí fue capaz, sin embargo, de expresarse perfectamente en distintas lenguas, sin por ello perder la compostura ni corromper el semblante. Tras su salida del penal cubano, montado a lomos de un tigre (o quizás fuesen tres tristes tigres) tan apenado como él, instala su residencia en Londres. Ciudad gris y neblinosa, tan distinta de La Habana, de luz blanca y arenosa. A pesar del clima y la gastronomía, el espacio londinense le permite moverse con libertad, comprar libros, visionar en el cine películas en versión original, practicar la liberalidad y poder pasearse por las calles con terno blanco de lino y un cigarro habano entre los dedos. 

Puro humor caribeño afincado en los dominios intelectuales de la ironía y la paradoja. Al más genuino estilo Chesterton.

Nuestro hoy difunto escritor innova y conserva, inventa y recuerda, crea y destruye, mientras no para de escribir. Las palabras en sus manos se convierten en maravillas y artículos de magia: artista del retruécano, disfruta conjugándolas. Pero, en rigor, no juega con ellas. Nuestro diablo de las lenguas liga términos dispares con gracia y maestría, sin decir disparates, sabiendo elegir el término preciso con igual destreza y desparpajo en inglés y en español.
Aunque, ciertamente, en español siempre mejora los resultados. En 1985, este impenitente fumador de cigarros habanos —que le regalan: él no desea violar el embargo al régimen castrista en Cuba— publica en inglés la colección de ensayos Holly Smoke. Notable título. En 2000, no obstante, llega a las librerías la versión española. Titula el libro Puro humo. ¿Puede mejorarse todavía más el genio y el ingenio?
Caricatura de Fernando Vicente
Amante del cine americano, del cine por excelencia, intima con las movie stars, imita a sus héroes del celuloide. Suspirando por parecerse a sus actores favoritos, Guillermo Cabrera Infante actúa cual sosias de Edward G. Robinson. Lo tiene así más fácil que duplicar, por ejemplo, a Glark Gable o a Gary Cooper. En Cuba, las salas de cine han cerrado por defunción de doña Libertad. Y él necesitaba una ración diaria de películas.  Arcadia todas las noches. Tiene que elegir. Londres o La Habana. Mostaza o mordaza. Cine o sordina. Caín o Babel.
Guillermo Cabrera Infante siempre eligió la libertad.

Leer artículo original completo: «Cabrera Infante y el compromiso presente»


2 comentarios:

  1. Bonitas palabras en memoria de Cabrera Infante, sin duda un hombre que amaba el cine.
    De su obra sólo conozco "Cine o sardina" un libro brillante y muy entrañable.
    ¿Entre los libros que comentas algún otro título imprescindible?
    Gracias y un saludo.

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  2. Bonito epitafio, David, dedicado al maestro: el hombre que amaba el cine.

    La verdad es que toda la obra de Cabrera Infante está iluminada por los focos del cine, con múltiples referencias, citas y anécdotas. Sus libros dedicados, expresamente, a la crítica cinematográfica son, además del ya citado, "Un oficio del siglo XX" y "Arcadia todas las noches". Para amantes del cine y la literatura. Ambos imprescindibles.
    Salucines.

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