Título original: Montana
Año: 1950
Duración: 76 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Ray Enright
Guión: James R. Webb, Borden Chase y
Charles O'Neal, a partir de una historia de Ernest Haycox
Música: David Buttolph
Fotografía: Karl Freund
Reparto:
Errol Flynn, Alexis Smith, S.Z. Sakall, Douglas Kennedy, James Brown, Ian
MacDonald, Charles Irwin
Producción: Warner Bros.
Esta semana en la pantalla de Cinema Genovés he programado un western que algunos tildarán de «menor»,
pero para mi gusto resulta de lo más atractivo: Montana (1950). Una
típica producción de Warner Brothers, dirigida por un realizador, Ray Enright, y un actor principal, Errol Flynn, de la casa, quien está muy bien acompañado en la cabecera del
reparto por Alexis Smith, actriz de
la segunda escala el estrellato, pero que siempre la recuerdo cumpliendo
espléndidamente con los papeles a su cargo. En las funciones de camarógrafo, el
experto, además de incansable innovador en las técnicas de fotografía, Karl Freund, quien logra en este film unas
imágenes de un color poderoso y crudo, casi violento, muy adecuado para la
trama que en él tiene lugar.
No
se ha frecuentado en el western uno
de los conflictos más agrios y sangrientos del «salvaje Oeste», del Oeste
ganadero por colonizar y civilizar: el que enfrentó a vaqueros y a ovejeros, es decir, a criadores de ganado vacuno y de corderos,
respectivamente. El asunto en litigio residía básicamente en la posesión y
disfrute de los pastos y las charcas con que alimentar y dar de beber a los
animales, así como el control de paso franco para su correspondiente traslado y
comercialización. En este caso, las circunstancias de raíz económica venían
acompañadas por el odio y la repulsión
hacia las ovejas que anidaba en el alma ruda de los legendarios vaqueros, en el sentido más estricto
del término y no en el genérico, que suele ser el de uso más corriente. Según
los ganaderos vacunos, la oveja dejaba yerma las praderas al comerse las
raíces, y tras de sí un olor infecto: mira quién habla. Y, por si esto fuera poco, los pastores, «parias
de las praderas», no eran genuinos vaqueros
ni solían portar armas de fuego; el verdadero «trabajo» los hacían los perros
pastores; iban a pie y no a caballo; no
eran, pues, auténticos caballeros: dijo
la sartén al cazo.
Los criadores de bovinos colocaban en
las demarcaciones donde explotaban su negocio, carteles informativos (por lo
general, amenazadores para los forasteros), especialmente dirigidos a los
competidores ovejeros. Uno de estos avisos contempla Morgan Lane (Errol Flynn) mientras conduce una
manada de ovejas en las proximidades de Montana. De igual modo que el actor que lo
interpreta, Lane es oriundo de Australia, zona del planeta rica en ganado
lanar. La cuadrilla que trabaja para él está compuesta por un escocés,
mexicanos y españoles. Nada más cruzar el límite marcado, sufren el primer
ataque de sus enemigos, matando éstos a uno de los pastores.
Aprovechando la llegada al campamento, montado no lejos de Montana, de «Papa» Otto Schultz (S.Z. Sakall), un vendedor
ambulante de origen alemán, Lane decide llegarse hasta el pueblo haciéndose
pasar por socio del comerciante. Ataviado con ropas elegantes y sin pistolas,
desea conocer cómo está el ambiente en la ciudad. Nada más pisar la calle mayor,
se topa con Maria Singleton (Alexis
Smith) y Rodney Ackroyd (Douglas
Kennedy), prometidos, propietarios del rancho principal de la comarca y
«dueños» de facto de la localidad.
La muchacha ha perdido a su padre y un
hermano en la anterior «guerra» entre ganaderos y pastores. Desea acabar con
aquella sangría sin fin, pero el orgullo y la tradición familiar los lleva en la propia sangre. Dicha inclinación, a la que hay que sumar el haberse enamorado del galán pastoril,
facilita el happy endind, lo que
no impide previos enfrentamientos armados, peleas de salón y hasta duelos en la
calle principal, uno de ellos muy especial.
Film con todas las constantes del
género, aun con las peculiaridades señaladas, bien dirigido y mejor
interpretado, todo lo cual hace de Montana
un título recomendable y a ver.
¡Qué colorido tan espectacular! Y qué presencia la de Errol. Recuerdo a Alexis en The Young Philadelphians ( La ciudad frente a mí ), un papel cortito pero totalmente eficaz como bien dices de ella.
ResponderEliminarEl western sigue teniendo para mí muchisimos alicientes, ésta no la recuerdo eso tambien he de decirlo.
Salucines Fernando
Y muchos alicientes tiene esta película, Abril. Para empezar, los "buenos" no son los vaqueros sino los ovejeros. Y también está ese reparto tan estelar. Y el Technicolor de Freund...
EliminarSalucines
A mí el western siempre me ha dado mucha pereza, pero con el paso de los años le estoy cogiendo el gusto. Me apunto esta de vaqueros para seguir en la senda de la reconciliación ;) un abrazo
ResponderEliminarPues, es una lástima, Mara. Porque el western contiene buena parte de las obras maestras del cine.
EliminarAh, y esta película "es de ovejeros", más que "de vaqueros". Éstos son los "malos". Novata, ejem, en esto del western, ¿eh?
Salucines