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lunes, 29 de octubre de 2012

HELLO, HALLOWEEN…




Semana de Todos los Santos. Vísperas de la noche de difuntos. Por cierto, otro «puente» festivo a la vista. Otro más. Y este año van ya… No es que la perspectiva dé miedo. Para muchos, significa más tiempo «libre» para pensar cómo pasa el tiempo o cómo pasar el tiempo. 

Es que uno piensa en estas fechas en relación con el cine, y, hala, le sale enseguida la imagen de Halloween. No, tampoco me quejo de esto. No soy de natural quejoso, ni tampoco de esa clase de puristas y aprensivos, recelosos y timoratos, muy mirados de sí mismos (cuando les interesa), políticamente correctos, que retroceden ante la presencia de celebraciones y costumbres venidas de fuera, extranjeras, foráneas, extrañas. En especial, cuando proceden de América. ¡Oiga usted, querrá decir «de Estados Unidos»! Bueno, como quiera, no se ponga así, caramba, que me asusta…

En estos días de máscaras y mascaradas, de truco o trato, de disfraces y caretas, parece oportuno un homenaje cinematográfico al terror. No hemos dedicado muchas entradas en Cinema Genovés a películas de esta clase. Será porque no son de mi predilección. No sé cuántas habrá; entradas, digo. Pero sí una en particular resultó muy celebrada por el público, al que tanto quiero y que tanto me quiere. Me refiero a Terror tras la puerta. En realidad, bastantes de los films que podríamos evocar esta semana en este espacio ya fueron allí seleccionados con la marca de lo siniestro y aterrador.

Cuando yo de niño iba al cine, los films tenían género. Por aquellos años no puede decirse que teníamos de todo. Lo mismo ocurre hoy. Pero de eso sí teníamos. Sólo que a las películas no las llamábamos «films», sino «películas», tal cual. Las distinguíamos por clases o temas con nombres propios, y tal vez más apropiados que ahora. Antaño decíamos que íbamos a ver una película «de risa», o «de indios y vaqueros» (por ese orden, no sé por qué), o «de policías y ladrones» (lo mismo digo), o «de piratas», o «de romanos», o «de espadachines», y cosas así. Películas «de amor» (o «de besos») veíamos pocas. No eran toleradas.

También veíamos películas «de miedo». A ésas sí nos dejaban entrar al cine. Sin embargo, los primeros recuerdos que tengo de historias de miedo provienen de la televisión. Echaban un programa por aquellos días del siglo pasado que me daba pavor: Historias para no dormir, de Narciso Ibáñez Serrador. El título de aquella serie era muy preciso y anticipatorio, tanto que mis padres no solían dejarme ver los episodios que se emitían cada semana. En esos casos, cuando la cosa se ponía fea, yo me iba a la cama, muerto de miedo, pensando en las narraciones escalofriantes que me estaba perdiendo. Hasta que el sueño me vencía. Asimismo, recuerdo muy bien las películas de Drácula y de Frankenstein.


Con el paso del tiempo, de mayor (esto sí que alarma), cuando el cine de miedo ha llegado a llamarse «de terror», no he seguido mucho el género. Con todo, sí referiré en este momento cinco títulos, cinco nada más, para no impresionarme mucho, que siguen poniéndome los pelos de punta. Ya verán que, en realidad, pocos de ellos cabría encuadrarse sensu stricto en el género en cuestión. Tampoco deseo elaborar un Top Five. Y es que el ámbito del horror —lo mismo que el del humor— es tan particular…

Lirios rotos (Broken Blossoms, 1919, dirigida por D. W. Griffith. Melodrama en estado puro, contiene una de las secuencias, a mi juicio, más pavorosas de la historia del cine. Pocos actores —o actrices, como es éste el caso— han mostrado con tanto realismo la auténtica cara del horror como aquí nos lo demuestra Lillian Gish.


Nosferatu (1922), film dirigido por F. W. Murnau. Nunca el condenado Drácula me ha dado tanto miedo como en esta cinta.


Freaks (La parada de los monstruos, 1932), una película dirigida por Tod Browning. Digo «película» cuando debería decir «pesadilla».


El silencio de los corderos (The Silence of the Lambs, 1991), cinta dirigida por Jonathan Demme. Dejando al margen las escenas «de susto», la historia es aterradora como pocas. Y esa mirada de Anthony Hopkins



La lista de Schindler (Schindler's List, 1993), producto tramposo, como todos los que dirige Steven Speilberg, pero que recrea con talento cinematográfico el horror más insoportable: aquel que ha ocurrido realmente y puede volver a ocurrir. Porque el Holocausto es la expresión más patente del Mal Radical.

 


Aunque para pasárselo realmente bien en Halloween ante la pantalla, siempre puede uno recurrir a un clásico moderno: Pesadilla antes de Navidad (The Nightmare Before Christmas, 1993), dirigido por Tim Burton. Después de todo, Halloween viene en el calendario antes de la Navidad… 



10 comentarios:


  1. Aún no he visto "Lirios rotos", las demás sí. Todas asustan, es verdad, pero a mí personalmente la que me dejó KO fue "Nosferatu". La vi muy pequeña (mi padre nunca tuvo mucho ojo para lo de las edades recomendadas, no) y me quitó el sueño durante un par de meses. Hoy es mi vampiro favorito.

    Un saludo

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  2. Viendo esa inquietante secuencia con Lilliam Gish acabo de pensar en esa costumbre que tienen algunos de quitar el sonido a la "película de miedo" en cuestión para soportar mejor el "embate fílmico". ¿La banda sonora ha contribuido a acrecentar el terror? Seguramente.

    Como la compañera Miniver, he visto todas menos "Lirios Rotos". Buena selección, en donde no sólo está contenido el miedo-miedo, sino también otras formas de horror más horrorosas que el susto o el salto. Recuerdo especialmente la secuencia en la que Foster está en una habitación oscura al lado del psicópata...Ufff!

    Aquí, que somos muy nuestros, hemos recuperado el Samaín, que, al parecer, es de dónde han bebido los (norte)americanos para crear Halloween: una tradición celta exportada por los emigrantes irlandesas. De todas formas siempre me pregunto por estas fechas si es necesaria la "fiesta" en una tierra (Galicia) en donde el culto a la muerte cobra especial sentido el día de todos los santos. A riesgo de quedar como macabro, el verdadero espectáculo (y acaso, horror) está en los cementerios que se visten de gala para honrar a ¿los visitantes?. Antropología pura y dura "tras las puertas" de los camposantos.

    Salucines

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  3. Uf, El silencio de los corderos me puede. No solo es una gran cinta de suspenso-terror sino que logra enganchar al espectador de una excelente forma con su gran guión y sus espléndidas actuaciones :D ¡Si que vale la pena!

    Y por supuesto el horror vivido en La lista de Schindler es incomparable.

    Un abrazo Genovés.

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  4. Bueno, compa Fernando, pues al igual que Mara y Dewitt, las he visto todas, excepto la primera (aunque, eso sí, le he echado una visual al clip, y vaya caras que se marca Lillian Gish; ríase ustede de la niña del exorcista...), y son todas propuestas extraordinarias, y no solo en su vertiente de cine de género, sino vistas como obras de cine sin mayor etiquetado. Ah, y el clásico burtoniano, por supuesto que una auténtica delicia: no es mala opción para 'repasar' en estos días...

    Un abrazo y seguimos trasteando.

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  5. Buena selección D. Fernando. Pedóneme pero yo soy uno de esos puristas a los que no le gusta el "Truco o trato", prefiero sentarme alrededor del Llar en un "amagüestu" (Asadura de castañas) mientras los mayores van contando leyendas y mitos de los bosques astures. Vayamos a conquistar usa a base de castañas, a ver que tal nos va. Eso no quiere decir que no entienda que el fenómeno vaya cada año a más, incluso que haya gente que se ponga la careta de Obama, caso de mi hija y sus amigas que se han preparado unos disfraces para correr la gran juerga nocturna. Yo por si acaso ya he resvisado "Otra vuelta de tuerca" en esa fenonmenal adaptación de Clayton llamada "The innocents".

    Abrazos, y si tiene que ser... feliz Hallowen.
    Roy

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    1. Perdóneme usted que haya publicado tan tarde su comentario, amigo Roy. Pero estaba disfrazado entre el spam...tapájaros. Acabo de advertirlo ahora.

      Salucines

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  6. Bueno, pues, este "Broken Blossoms" (mejor en inglés original, porque el asunto va sobre el mal y la inocencia) lo tenéis que ver... antes de Navidad, ¿vale?

    No recuerdo ahora, amigo deWitt, la banda sonora de la "closet scene", como se conoce a esta escena escalofriante. Sea como fuere, el silencio en este vídeo es tan estremecedor como el de los corderos...

    Salucines

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  7. Escelente repaso con cintas del género, me quedo con Nosferatu, por su significado relevancia y esa sombra que sube la escalera.

    Un saludo.

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  8. Un amigo mío, Fernando, solía decir:

    "Ara que he aprés a dir panícula, resulta que s'en diu flim"

    Recuerdo vagamente la serie de Chicho y jamás olvidaré el miedo que pasé con Nosferatu en un pase nocturno del UHF aprovechando un dia que estaba solo en casa y me fui a la cama con los nervios a flor de piel....

    Un abrazo.

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    1. Pues a mí, amigo Josep, Nosferatu sigue dándome mucho miedo...

      Salucines

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