Tememos entrar en algunos recintos. Más que nada, por lo que pueda pasar... O por lo que podamos encontrarnos dentro. Hay, en verdad, un Secreto tras la puerta (Secret Beyond the Door (1947 – Fritz Lang).
Toc, Toc. ¿Quién será, será? Habrá que abrir, a pesar de todo.
Cruzamos el quicio de la puerta, ese límite que marca el adentro y el afuera, de una casa, de una estancia. Sin haber perdido el juicio (todavía), penetramos también en la habitación del miedo, allí sentiremos cómo el malvado, lo inesperado, intenta abrir la puerta a hachazos o a empujones.
Pero, ¿qué
significado, qué sentido simbólico, tiene la puerta? La puerta
delimita el aquí y el allí, el interior
y el exterior, de un espacio. Una función similar representa la ventana, pero la interpretación de ésta es distinta de la que damos a la puerta. La ventana sirve básicamente
para mirar, a través de ella, de dentro a afuera, convirtiéndose, a menudo, en ventana indiscreta
(Rear
Window, 1954 - Alfred Hitchcock).
Porque lo contrario, mirar de fuera a dentro, significa
acechar, hacer de la ventana, más que un mirador, la mirilla del mirón. Allí donde
otea el merodeador (The Prowler, 1951 – Joseph Losey).
Algunas veces, el merodeador intenta llegar hasta la presa por la entrada principal.
La
puerta, a diferencia de la ventana, está hecha y concebida para separar espacios. Y para
no ser visto. Tras la puerta, uno cree sentirse protegido y a salvo. Aunque no
siempre sea así...
Sea como fuere, ánimo y adentro. Pasen y vean.
Aunque luego no digan que no les avisé...
Una de las secuencias más terroríficas de la historia del cine la encontramos en Lirios
rotos
(Broken
Blossoms, 1919 - D. W. Griffith). El hacha lo empuña, con la mano derecha, el malvado padre (Donald Crisp) de la heroína, acorralada tras la puerta de la despensa, de la jaula. En la mano izquierda, se le dispara al villano el no menos amenazador dedo índice: señala a la víctima.
La
víctima, la heroína, es Lucy (Lillian Gish). A continuación, la
escalofriante closet
scene.
Hay
muchas historias referidas a la filmación de este momento estelar de la
historia del cine. Richard Schickel, en la monumental biografía que ha escrito
sobre Griffith, cuenta al respecto que, aun habiendo sido preparada y ensayada
concienzudamente la secuencia, el propio director quedó estremecido ante el verismo demostrado por la actriz.
En ocasiones, el misterio de intentar abrir la puerta desde fuera, más que horror, produce sorpresa y desazón. Cuando no hilaridad: ¡una puerta con brazo! Es el caso de El señorito primavera (The affairs of Anatol, 1921), comedia dramática dirigida por Cecil B. DeMille e interpretada por Gloria Swanson.
En ocasiones, el misterio de intentar abrir la puerta desde fuera, más que horror, produce sorpresa y desazón. Cuando no hilaridad: ¡una puerta con brazo! Es el caso de El señorito primavera (The affairs of Anatol, 1921), comedia dramática dirigida por Cecil B. DeMille e interpretada por Gloria Swanson.
En La
carreta fantasma
(Körkarlen,
1921) la cosa ya vuelve a ponerse seria. Victor Sjöström, director y protagonista de este fantástico film de misterio y terror, saca también el hacha de guerra para abrirse paso, al comprobar que le han cerrado la puerta en las narices. Comprobaremos más abajo cómo la muy violenta escena no pasó desapercibida a Stanley Kubrick.
¡Alto
ahí! ¡Un momento de silencio! ¿Qué es esto? Nos hallamos en el umbral, y acaso también
en la cima, del cine de terror por excelencia. He aquí el icono más expresivo (y
expresionista) de la pesadilla: Nosferatu (1922). El Drácula
concebido por F. W. Murnau no llama a las puertas cuando desea entrar. Sencillamente,
las traspasa. Tras ellas, se aparece.
En El enemigo de las rubias (The Lodger, 1927 – Alfred Hitchcock) las apariencias engañan.
El tipo que llama a la puerta, a pesar de su aspecto siniestro, no es un ser terrorífico, ni el criminal (lamento desvelar el final), sino el protagonista del film, aterido por el frío humedo de Londres. La intriga viene luego en este interesante trabajo, considerado el primer título hitchcockiano del cineasta inglés.
Tras el huracán que pasó hace unas semanas por Cinema Genovés, el viento (The Wind, 1928 - Victor Sjöström) no se ha calmado. En el siguiente fotograma también las apariencias nos llevan a engaño; aunque a primera vista, nadie lo diría. Detrás de la puerta, pugnado por entrar, no empujan manos criminales, sino las del salvador de la chica.
¿Recuerdan a Nosferatu? A las puertas del hogar dulce hogar, otro amargo sujeto que se abre paso a base de miedo. Esta vez, no con maneras de conde, pero asimismo con buenos modales y educación proveniente de una universidad alemana. No estamos en el cine mudo, pero la invasión del oficial nazi impone prevención y silencio en la sala. Le
silence de la mer,
1949, film realizado por Jean-Pierre Melville.
En la película Los
pájaros
(The
Birds, 1963 - Alfred Hitchcock) unas aves del infierno golpean las puertas de las cabinas telefónicas a fin de atrapar a las víctimas.
Mientras tanto, otros pajarracos ocupan volando el interior de las viviendas. Aquí el terror aguarda tras la puerta del ático.
Mientras tanto, otros pajarracos ocupan volando el interior de las viviendas. Aquí el terror aguarda tras la puerta del ático.
El resplandor (The Shining, 1980) no le vino a Stephen King y a Stanley Kubrick por inspiración, sino, como hemos visto, por revisitación de los clásicos. Aunque, no cabe duda de que estas imágenes continúan estremeciendo hasta al espectador más avisado.
Pues no sé si abrir esa puerta, yo confieso!
ResponderEliminarPero vamos allá!
Me viene a la mente la puerta que Deneuve quiere cerrar a toda costa en "Repulsión" ignorando que el terror lo tiene dentro y no fuera.
Una puerta famosa y, para mí, terrorífica, es la que intenta atravesar a base de golpes Monty Clift en "La heredera". Sin embargo, aquí el terror me lo produce "Olivia ´Melania´ de Havilland" y su gesto psicópata (motivos no le faltan, todo sea dicho).
¿Y qué me dice usted de la puerta de la habitación de "Rebecca"? Otra causa de desasosiego cuando Fontaine la traspasa...uno piensa que se la encontrará allí con apariencia fantasmal.
Interesante tema el de las puertas y que,seguro, dará para mucho. Permaneceré atento a los comentarios de los compañeros.
Salucines
Muy buen collage de misterios o sustos varios tras una puerta. Quiero añadir uno, más propio del cine de terror aunque pertenezca al cine de gangsters: "El Enemigo Público numero uno" con Cagney atado como un fardo cayendo al suelo cuando abren la puerta, terrorífico.
ResponderEliminarSaludos!
Muy buen collage, sí señor, confieso que me habeis "pisado" mis puertas favoritas, pero aviso si se me ocurre alguna más.
ResponderEliminarInteresante repaso de puertas y ventanas. Cada uno tiene unas cuantas de ellas, claro está, en la recámara de sus miedos y terrores. De esas que cuando el protagonista se acerca, desde la tranquilidad del sofá le gritamos: "¡Pero no abras!" ¡Cuánta tensión acumula la apertura de una puerta!
ResponderEliminarSaludos, Fernando.
Pasa, pasa, deWitt, sin miedo...
ResponderEliminarVerdaderamente, vuestras aportaciones son geniales. USTEDES SON FORMIDABLES. Sólo los más mayores comprenderán el sentido de esta última frase, recordando un célebre programa radiofónico de hace... bastante tiempo.
Claro, la Deneuve y "Repulsión" atrancando la puerta, atracándose de su propia angustia. Cierto, cierto. Y "Rebeca"... Es verdad.
Hombre, lo de la heredera Olivia y Monty, no sé... Si acepto esa propuesta, tengo que incluir a Pedro Picapiedra gritando ¡Wilma!, para que su esposa le abra la puerta.
Salucines
Ahí, Ethan, has dado en la diana. Pleno al 10. ¿O es al 15?
ResponderEliminarEsa imagen de Cagney en "El enemigo público", envuelto en la sábana, cual momia, desplomándose al abrirse la puerta, mientras la madre canturrea un canción y le prepara la cama (el hijo pródigo), es de lo más aterrador y estremecedor que se ha rodado jamás. El bueno de Wellman...
Gracias por recordármelo.
Salucines
Ánimo, Sergio, que seguro que nos recuerdas alguna imagen que resultará fenomenal. Fijate en las nuevas que están saliendo ya.
ResponderEliminarSalucines
Tras la puerta, Gourmet, están la sorpresa y el misterio. Y el terror. Pero también la situación jocosa. Piensa sino en el diálogo diario: ¿Quién es? Yo. Vale, abro. ¡Con decir "yo" basta! ¡Es como el Ábrete Sésamo!
ResponderEliminarAunque están saliendo "casos nuevos" muy buenos como para hacer una segunda parte de "Terror tras la puerta.II", puede que lo próximo que haga sea "Puerta y comedia". ¡Y no sólo pienso en Lubitsch!
Salucines
Qué importantes se vuelven ciertas cosas en el cine. Cosas, que en la vida real son habituales... quizás por eso dos da más miedo!!!
ResponderEliminarIncluso cuando somos niños, siempre hay una puerta que esconde algo misterioso...
Un saludo.
Ese es el sentido de la artístico, Manderly: poner de relieve y de manifiesto los muchos significados de las cosas más comunes, ocultos por lo general al ojo común.
ResponderEliminarEn el cine, las ventanas y la puertas, adquieren una gran relevancia, que en manos de buenos creadores pueden dar mucho juego. Pero, ¿qué me dices de las escaleras? Por poner sólo un ejemplo más.
Salucines
Estupenda recolección, Fernando, muy sugestiva y bien atada.
ResponderEliminarEstán también las puertas que al abrirlas dan salida a una situación angustiosa, como la que se resiste en la introducción de Llama un extraño (1979) cuando Carol Kane acaba de saber que tiene dentro de la casa al asesino..
A mí, que no me gusta mucho el género de terror, me impresionan dos puertas famosas:
La que se cierra y deja fuera a Ethan en Centauros del Desierto, y la de este camarote
Un abrazo.
Gracias, Josep, por tu amable comentario.
ResponderEliminarTampoco a mí me vuelven loco (de miedo) las películas de terror, francamente. Pero, tenía en mente hace tiempo estas imágenes de los hachazos sobre las puertas, y el resto las ha traído mi corta y selectiva memoria.
Hay, sin duda, otras muchas puertas míticas, pero las que citas al final de tu comentario son indiscutibles.
Salucines
Que mmieeedo he pasado con todas estas terroríficas puertas.
ResponderEliminarApuntaré sólo otra, igualmente teroorífica, la puerta en lo alto de la escalera de "The Changeling" de Peter Medak.
Salucines escalofriantes desde el otro lado de la puerta.
Vaya, vaya, David, esto se está poniendo de miedo...
ResponderEliminarVoy a tener que contratar a los cazafantasmas para que ventilen la sala y la dejen en condiciones. Las próximas sesiones en Cinema Genovés serán más plácidas. Que se acerca la Navidad...
Salucines
Ninguna de las puertas apetece abrirla jajaja, has hecho una gran selección Fernando!
ResponderEliminarMe ha venido a la mente una cutrez ochentera de puertas que se abren y se cierran y fantasma que toca lo que no debe jajaja... y Barbara Hersey enseñando carnaza, si no la habéis visto puede que hasta os guste, El ente
Salucines!
Gracias, Sidhe. Muy prudente tú...
ResponderEliminarRecuerdo la película "El ente". No es una obra maestra, pero la escena de la "posesión" de Barbara Hersey es muy convincente.
Salucines
Miedo y terror es lo que siento tras esas puertas de las que hablais, por eso me otorgo el beneplácito de no traspasarlas, desde hace años me mimo a mi misma evitandolas. Aunque reconozco que sigo de cerca las puertas del miedo que me presenta Scooby-Doo y sus amigos....jejeje
ResponderEliminarMuy prudente también tú, Cristina, a la hora de abrir la puerta a un desconocido o a lo desconocido. Aunque estoy seguro que eres mucho más valiente que Scooby-Doo y sus amigos...
ResponderEliminarSalucines