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lunes, 14 de noviembre de 2011

EL VIENTO (1928)



Título original: The Wind
Año: 1928
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Victor Sjöström (en los títulos de crédito consta Victor Seastrom)
Guión: Frances Marion (a partir de la novela de Dorothy Scarboroug)
Fotografía: John Arnold (B&W)
Reparto: Lillian Gish, Lars Hanson, Montagu Love, Dorothy Cumming, Edward Earle, William Orlamond
Producción: Irving Thalberg/Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)


En uno de los pasajes más inspirados del Fausto de J.W. Goethe leemos estos primorosos versos:


«Si un día le digo al fugaz instante: ¡detente, eres tan bello!,
puedes entonces cargarme de cadenas.
Entonces consentiré gustoso en morir»

Puedes cargarme de cadenas, o de lo que quieras, amigo lector, especialmente, si no amas (mucho) el cine silente. Pero yo me detengo en este año 1928, año de gloria para el Séptimo Arte, a fin de solazarme esta vez, otra vez, en lo bello y... lo siniestro. La semana pasada tuvimos la ocasión de proyectar en Cinema Genovés nuestra visión de Lonesome, título dirigido en 1928 por Paul Fejos. Fue 1928 un año muy rico en obras sublimes: El héroe del río (Steamboat Bill, Jr.) con Buster Keaton; La marcha nupcial (The Wedding March), dirigida por Erich von Stroheim; Los muelles de Nueva York (The Docks of New York), a las órdenes de Joseph von Stenberg; Spione, con Fritz Lang al frente del equipo;  La pasión de Juana de Arco (La Passion de Jeanne d'Arc), firmada por Carl Theodor Dreyer; Y el mundo marcha (The Crowd), realizada por King Vidor; etcétera. Buena cosecha, ¿no es cierto?
Por cierto, ese mismo año se estrenó otro film memorable: The Wind (El viento), filmado por Victor Sjöström. Ocupémonos de esta joyita del cine mudo, y no quiero oír una palabra más... Quiero decir, detengámonos en este instante fílmico tan bello.


Es probable que a bastantes aficionados al cine no les suene mucho el nombre del actor y director de origen sueco Victor Sjöström (ni siquiera el de Victor Seastrom, la forma anglófona utilizada a veces en Estados Unidos para referirse a nuestro director de la semana). Tal vez les refresquemos la memoria si decimos que se trata del actor principal de Fresas salvajes (Smultronstället, 1957), uno de mis títulos preferidos de la obra de Ingmar Bergman. 


Todo un pionero del cine, Sjöström inicia sus primeros pasos en el cinematógrafo en 1912. En Suecia, alterna el trabajo de actor con el de director, a veces en las mismas obras. Había una vez un hombre (Terje Vigen, 1916), Los proscritos (Berg-Ejvind och hans hustru, 1918) y La carreta fantasma (Kökarlen, 1921) son acaso los títulos más conocidos de esta etapa. Los productores norteamericanos, muy sensibles y perspicaces a la hora de hacerse con los mejores cineastas del mundo, se interesan por la pulcra labor de Sjöström. 

En Hollywood rueda nueve películas a lo largo de los seis años de estancia en la fábrica de los sueños de California. Algunas de ellas constituyen los primeros grandes éxitos del cine mundial: El que recibe el bofetón (He Who Gets Slapped, 1924), con Lon Chaney; La mujer marcada (The Scarlet Letter, 1926), con Lillian Gish; La mujer divina (The Divine Woman, 1928), con Greta Garbo. Ese mismo año, 1928, filma The Wind, de nuevo con Lillian Gish. 
Diría que estamos ante, no sólo el mejor título de la filmografía de Sjöström, sino también de la propia Lilian Gish (se dice que el film fue promovido por la propia actriz). ¿Hace falta añadir que nos hallamos ante una de las cumbres del cine de todos los tiempos?

 
The Wind es un western, un melodrama, una comedia dramática, una película de terror. Es cine mudo en estado puro. Cine al cien por cien.

Lillian Gish nos compendia el argumento:
«Su principal protagonista es un viento que levanta constantemente remolinos de arena, en el exterior y en el interior, y que termina por enloquecer a la heroína. Es la historia de una muchacha sureña bien educada que se afinca en Texas se esposa con un tejano, es violada por un hombre que conoce en el tren, da muerte al violador y se vuelve loca.» 
Muy conciso el resumen, aunque no menos preciso. Primero, al referir el viento como principal protagonista de la cinta. Ni Lillian ni el título nos engañan. Segundo, al incidir en el tema de la locura. No una locura en el sentido estrictamente psiquiátrico del término (o no sólo en ese sentido), sino también metafísico. En sentido, sobre todo, de alienación, es decir, de cómo una determinada presencia o circunstancia ―en este caso, el viento― puede llegar a transformar, radicalmente a una persona, a alterar-la, a convertirla en otra. 



Letty, muchacha refinada y bien educada, idealista y soñadora, procedente de Virginia, llega a un lugar inhóspito dominado por la naturaleza y las pasiones. El viento, símbolo de las fuerzas desatadas en un medio alejado de la ciudad y la civilización, como caballo desbocado, constituye un elemento omnipresente, amenazador, envolvente, circundante; esto es, que encierra a la joven en un círculo tenebroso, en un torbellino, que la sitúa en un límite donde ya no hay vuelta atrás, en un punto de no retorno. 




Letty, quien recién llegada al rancho rechaza un café de poca categoría, que cercada por la arena, retira unos granos areniscos del pan, esa Letty frágil y atemorizada por el medio y la nueva circunstancia, asesina sin pestañear a quien la ha violentado, lo entierra y confiesa el crimen cometido (y el que ha sufrido) al marido. Ahora, tras la gran prueba, tras la dura transición iniciática, la mujer, además de la inocencia, ha perdido el temor, a los hombres, a la naturaleza, al viento.
De entre todas las muchas escenas prodigiosas de este film inolvidable, hay tres que merecen, a mi juicio, especial distinción: la frustrada noche de bodas de Letty y Lige (Lars Hanson); 


el baile de la comunidad, interrumpido por la llegada de un ciclón;


y, finalmente, el asalto, la violación, la muerte y el enterramiento del villano Roddy (Montagu Love). 





El plano final es, asimismo, de una gran hermosura, en el que Lillian Gish consigue expresar todo el sentido y significación de su personaje. Un plano que seguro que James Cameron ha visto más de una vez. Pongamos que hablo del film Titanic (1997). Y no diré más.



A continuación, The Wind, presentada por nuestra invitada de lujo. Nada menos que la propia Lillian Gish.


El video dura algo más de dos minutos. En el mismo la actriz cuenta algunas circunstancias de la producción y el rodaje de un film que no se lo podrá llevar el viento del olvido.





16 comentarios:

  1. Inenarrable, indescriptible, tiene mucho mérito conseguir escribir sobre "The wind", una de las más grandes, para mí aún mejor que la celebrada "La carreta fantasma".

    Saludos

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  2. Tremendamente impactantes esos planos tan potentes con los que has completado tus líneas, en ellos queda patente todo el poderío visual que Sjöström desarrolla en "La carreta fantasma" obra maestra de culto del cine fantástico y única peli del maestro sueco que he visto hasta la fecha.

    Y esas miradas de Liliam Gish... verdaderamente le sobraban las palabras.

    Salucines maestro

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  3. Gracias, Sergio, por tu amable comentario. También yo soy un entusiasta del cine de Sjöström; como habrás podido comprobar por el post dedicado a "The Wind", también para mí su mejor film.

    Citas "La carreta fantasma". De ambas películas se tratará muy, muy, pronto, de nuevo, en Cinema Genovés.

    Por mi parte, también tengo predilección por "The Scarlet Letter". Pero es que a mí Lillian Gish me hechiza...

    Salucines

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  4. Muy amable, David, mi "pequeño saltamontes" cinéfilo...

    Como amante del cine silente, me encantan las expresiones que utilizas en tu gentil comentario: las miradas de Lillian Gish (de los grandes actores y actrices del cine mudo, en general) bastan y "le sobraban las palabras".

    Este cine es irrepetible. Y es sorprendente que no pocos verdaderos aficionados se resistan a visionar más filmes de esta etapa.

    Por lo que a mí respecta, creo que a muchas películas del momento presente le sobran las palabras y ¡hasta las imágenes...!

    Salucines

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  5. Vamos a ver, una obra maestra indiscutible. Sólo hay que pasearse por esas secuencias (la mayoría las nombras) como la del arranque (en un tren hostil con un pasajero más hostil todavía y un viento golpeando las ventanillas que no presagia nada bueno) o el final, ese enterramiento es terrorífico.
    En fin, hay que verla.
    Y reivindicar a Lillian Gish, como una de las mejores actrices del cine mudo, capaz de contenerse en la actuación y, sin embargo, ser más expresiva que sus contemporáneas.
    Saludos!

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  6. Cualquiera abre la boca en esta sesión de cine mudo!

    Creo que Lillian Gish (y a pesar de quedarme muuuucho por ver y aprender) es la actriz muda que más me ha sobrecogido con sus expresiones. Los fotogramas que has seleccionado confirman lo que digo.

    Pero yo quiero centrarme en el gran descubrimiento (para mí) de tu entrada ¿Así que el viejo que contempla resignado su ocaso en "fresas salvajes" es el director de todas esas joyitas? Qué de cosas aprende uno!!

    salucines

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  7. Ocurre, Ethan, que lo difícil en "The Wind" es encontrar una escena o secuencia que no sean de antología. Tú lo has dicho: este film hay que verlo para creerlo..

    En cuanto a Lillian Gish... es que en sus ojos contemplamos toda la historia del cine. Desde sus primeros papeles en los años 10 del siglo XX, pasando por su interpretación en "La noche del cazador", hasta su última pelicula, "The Whales of August". Nada menos.

    Salucines

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  8. Fíjate, amigo deWitt, que es raro encontrar una lista de mejores actrices de la historia del cine que incluya el nombre de Lillian Gish. ¿Por qué será? ¡No será por falta de méritos propios! ¡Ni por falta de curriculum...!

    Victor Sjöström es otro gran desconocido, incluso para buenos aficionados al cine. Para iniciarse en su obra, yo aconsejaría empezar por "The Wind", por supuesto, y seguir con su etapa americana. Luego también hay otros títulos producidos en Suecia bastante interesantes. Por ejemplo, "Los proscritos".

    Salucines

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  9. A mí me fascina el Sjöström de los 10 sobre todo (ahí están las tres que prefiero: "Berg-Ejvind och hans hustru", "Karin Ingmarsdotter" y "Mästerman") pero esta obra extrañamente cercana a Kuleshov, es una de sus cumbres absolutas.

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  10. Bienvenido, Jesús, a Cinema Genovés y gracias por tu comentario.

    Compruebo que te tira mucho la producción sueca de Sjöström. La verdad es que tanto la vida como la obra del cineasta basculó entre Suecia y América. Nace en Suecia; pasa la infancia en Brooklyn, vuelve a Estocolmo y se inicia en el cine; otra vez a Hollywood donde afianza su obra; y... el eterno retorno.

    Salucines

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  11. No he visto la película pero sí que he visto algún trabajo de Lilian Gish. Creo que era una actriz que sabía expresar mucho en su rostro, algo que supongo estará relacionado con el cine mudo. Aunqeu siempre la he visto en pequeños papeles segundarios me hagustado mucho su trabajo.
    Saludos.

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  12. Pues, te animo, Manderly, a visionar lo antes posible la película "The Wind", y disfrutar así de cine por los cuatro costados.

    Y Lillian... Tal vez no ha habido una actriz más grande. Aun interpretando papeles secundarios, su presencia en un film siempre es principal.

    Salucines

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  13. Grande Lilian Gish...
    Grande Sjostrom
    Y sobre la película ya lo dices tu todo estupendamente bien
    Saludos

    Por cierto... te robo el vídeo de Lilian....

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    1. Eres Margot, ¿verdad? Gracias por la lectura y tu comentario.

      Adelante con el vídeo, que eso no es robar, sino compartir...

      Salucines

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  14. Perdona Fernando...... soy Margot si

    Y.......gracias por tus comentarios sobre cine una de mis pasiones.

    Saludos

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  15. Gracias por este artículo. Tenía (tengo) tan olvidada la película que vi hace muchos años.

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