Gian Piero Brunetta (dir.), Historia Mundial del Cine, I*, Estados Unidos, Tomo Primero, traducción de Itziar Hernández Rodilla, Akal, Madrid, 2011, 815 páginas
Historias y enciclopedias del cine constituyen clases de libros que no suelen faltar en las bibliotecas y librerías, tanto particulares como públicas. Unos, compendiados en un solo volumen o bien recogidos en una colección seriada. Otros, editados por fascículos, de venta en quioscos. Sea siguiendo un orden diacrónico o sincrónico; declarando una orientación clásica o de vanguardia; optando por la fórmula divulgativa o la investigadora; escritos por un solo y heroico reseñador o por un equipo de especialistas. Comoquiera que sea, monografías sobre la vida y milagros del Séptimo Arte hay para elegir.
A pesar de que en la era de Internet, Wikipedia y Google puede resultar bastante temerario lanzarse a la edición de obras de largo recorrido, voluminosas, que exigen espacio en el salón de casa y un desembolso económico nada despreciable, hay propuestas editoriales de anchurosa mirada que, literalmente hablando, merecen la pena. La Historia mundial del cine, dirigida por Gian Piero Brunetta, cuyo primer tomo («Estados Unidos I*») acaba de ser publicado por Akal, representa una de esas empresas oportunas, una sólida iniciativa que merece atención.
Gian Piero Brunetta (Cesena, 1942) es profesor de Historia y crítica del cine en la Universidad de Padua, y Visiting Professor en las universidades de Iowa (1986), Princeton (1996) y Chicago (1997).
Director de diversas colecciones sobre cine en Italia, ha sido colaborador durante cerca de veinte años del diario La Reppublica, así como de otras revistas literarias y cinematográficas, entre las que cabe destacar Cinema & Film, Filmcritica, Passato e presente, Segno cinema, Historical Journal of Film Radio and Television, Cahiers du Cinéma, Cahiers de la Cinématèque o Artforum.
Comisario de exposiciones y colaborador de televisión y radio en programas dedicados al cine, en 1995 fue nombrado Comendador de la República italiana. Es autor de numerosas publicaciones: Roberto Rossellini (1980), Cinema perduto (1981), Storia del cinema italiano2 (iniciada a partir de 1982 y por la que recibió el premio Empoli Luigi Russo de 1983), Buio in sala (1989; premio Efebo d’oro de Agrigento en 1990), Cent' anni di cinema italiano (1991), Hitchcock (1995), Il viaggio dell' icononauta (1997).
El plan de la obra es tan ambicioso como atractivo. Comprendiendo cinco volúmenes en total, el primero, según se ha dicho, está dedicado al cine norteamericano. Dada la relevancia de la cinematografía estadounidense en el panorama mundial, y el número de capítulos dedicado a la misma (50), los editores han decidido con buen criterio dividir dicho apartado en dos tomos, el primero de los cuales está ya disponible en el mercado español: desde los orígenes hasta los años 30 del siglo XX. Para la continuación, están programados los siguientes volúmenes: «Estados Unidos» (II**); «Europa. Mitos, lugares, protagonistas» (II); «Europa. Las cinematografías nacionales» (III* y III**); «América, Asia, África, Oceanía. Las cinematografías nacionales» (IV); y, finalmente, «Teoría, instrumentos, memoria» (V).
La perspectiva de la obra, por su parte, ofrece el compromiso propio de un producto de esta naturaleza, como es garantizar el necesario aporte informativo, así como la reseña de las películas y los personajes esenciales en la historia del cinematógrafo. Sin olvidar un útil aparato crítico y las imprescindibles secciones de bibliografía, cronología e índices. Pero el proyecto no se limita a este previsible cometido. La organización y el fondo de los capítulos del primer tomo editado muestran una notoria (y notable) vocación ensayística y analítica, una contingencia ya menos habitual en esta clase de libros. Esta circunstancia confiere al presente opus magnum un interés que no sólo apunta al lector común sino también a especialistas y cinéfilos.
Atendamos a la precisa declaración del director de «Historia mundial del cine» para apreciar el calado y alcance de la obra en su justa medida:
«Los conjuntos a los que he procurado dar más valor y en torno a los que he hecho trabajar a mis colaboradores han sido los siguientes: los géneros, fundamento y estructura portante del cine estadounidense; los ritos y divos y el papel de Hollywood como fábrica de sueños; la leyenda como patrimonio y fuente de inspiración constante; la contribución fundacional de las minorías étnicas y de las múltiples raíces culturales a la construcción de una identidad sujeta a diversas transformaciones; el papel del paisaje; la interferencia de la política y las formas de presión y de control ideológico y cultural, y, por último, […] el desarrollo de la economía, el mercado y las transformaciones de los modos de consumo desde los nickelodeones hasta la llegada de la era televisiva y los grandes éxitos de las últimas décadas.»
Basta con reparar en el título de algunos de los capítulos incluidos en este primer tomo para comprender su propósito y derrotero: «De Edison a Griffith: el cine y la modernidad»; «Elementos para una genealogía del paisaje estadounidense (1897-1912)»; «Nacimiento del divismo. Estrellas y público del cine de los comienzos»; «El cine canta a la metrópoli»; «La dirección. El difícil camino del nombre delante del título»; «Los géneros de Hollywood»; «La animación».
Como no es de extrañar, dada la nacionalidad de los principales responsables de la obra, no faltan secciones consagradas a la influencia que han tenido Italia y el cine italiano en el oficio y la industria de Hollywood —«Los italoamericanos y el cine»—. Aunque, justo es señalarlo, esta particular atención no desatiende otras contribuciones nacionales (Irlanda, Rusia) desembarcadas en EEUU —un país de emigrantes, después de todo, y no sólo en lo referente a la cinematografía— y que participaron activamente en la conformación de la sustancia misma del cine norteamericano.
Como no es de extrañar, dada la nacionalidad de los principales responsables de la obra, no faltan secciones consagradas a la influencia que han tenido Italia y el cine italiano en el oficio y la industria de Hollywood —«Los italoamericanos y el cine»—. Aunque, justo es señalarlo, esta particular atención no desatiende otras contribuciones nacionales (Irlanda, Rusia) desembarcadas en EEUU —un país de emigrantes, después de todo, y no sólo en lo referente a la cinematografía— y que participaron activamente en la conformación de la sustancia misma del cine norteamericano.
Dadas las características apuntadas, «Historia mundial del cine», en su primera entrega, constituye un apasionante e instructivo recorrido a través del mundo del celuloide que tanto puede emprenderse linealmente, de principio a fin, como ser leída o consultada por apartados o secciones, según la particular preferencia o apetencia del lector.
Pues la verdad es que dan ganas de verlo, porque por las indicaciones que ofreces tiene un valor analítico añadido. Pero bueno, son cinco tomos y habrá que saber que añade de nuevo a lo que ya hay. Te confieso que me interesa más el cine europeo que el americano, porque del americano y Hollywood es de lo que más tengo. Un saludo.
ResponderEliminarmmmm...tomaremos buena nota de ello, entonces!
ResponderEliminar"Salucines!
Si como dices, Emilio, tu biblioteca de cine está más necesitada de temática europea que americana, resérvate, pues, para los tomos dedicados en esta "Historia" al Viejo Continente. Que sepas, de todos modos, que Brunetta tiene editada en España una monografía consagrada al cine italiano (una cinematografía que adoro), independiente de la obra aquí reseñada.
ResponderEliminarSalucines
La verdad, deWitt, es que esta "Historia..." tiene algo especial. Siendo un obra única y unitaria, conforma, al mismo tiempo, una reunión de sólidos ensayos sobre asuntos cinematográficos poco abordados en las enciclopedias más convencionales. Una obra recomendable.
ResponderEliminarSalucines
A pesar de la Wikipedia y toda la información que nos aporta Internet en algunos sitios muy especiales, una buena enciclopedia mundial de cine nunca viene mal en nuestras bibliotecas. Yo tengo una que siempre me ha parecido bastante buena que es la pùblicada por Cátedra-Signo e Imagen, pero ésta que acaba de empezar a publicarse habrá que darle un vistazo en la librería.
ResponderEliminarUn abrazote.
Comparto tu punto de vista, amigo Anro. Internet ha dejado atrás las enciclopedias entendidas como colección de fichas, pero no en el sentido de la Británica ni de la francesa; es decir, reunión de "ensayos de autor" sobre determinado asunto. Estas obras voluminosas, cuando tienen calidad, son de gran valor.
ResponderEliminarCátedra —junto a Akal, Lumen y Alianza, entre las editoriales no especializadas en cine— está haciendo un buen trabajo de publicación de textos sobre el séptimo arte.
Salucines