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lunes, 10 de febrero de 2014

JUSTICIA CORSA (1941)


Título original: The Corsican Brothers
Año: 1941
Duración: 111 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Gregory Ratoff
Guión: George Bruce y Howard Estabrook, basado en la novela de Alejandro Dumas
Música: Dimitri Tiomkin
Fotografía: Harry Stradling Sr.
Reparto: Douglas Fairbanks Jr., Ruth Warrick, Akim Tamiroff, J. Carrol Naish, H.B. Warner, John Emery, Henry Wilcoxon, Gloria Holden, Walter Kingsford, Nana Bryant, Pedro de Cordoba
Producción: Edward Small Productions

A la vista y disfrute de un film como Justicia corsa (1941), viene más a cuento que nunca proferir esta expresión tan exultante como nostálgica, pero de ninguna manera melancólica: «ya no se hacen películas como ésta…». Emblemática producción de serie B del viejo Hollywood, contiene los principales elementos que hicieron del cine a lo largo del siglo XX el gran entretenimiento de masas, que, por lo general, con gran profesionalidad e ingenio, hizo de millones de personas, entre las que me incluyo, entusiastas admiradores de un arte que aúna en la pantalla aventura y fantasía, emoción y ensoñación.

Manufacturada por una pequeña productora, dirigida por un director apenas renombrado y con un reparto de estrellas de segunda galaxia, Justicia corsa  es, con todo, vibrante y cautivadora, sólida y en ocasiones hasta brillante.


El realizador del film, Gregory Ratoff no es individuo desconocido en la historia del cine. Nacido en Rusia y exiliado como consecuencia de la Revolución bolchevique, dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo en París, primer destino de su condición de refugiado. Posteriormente, se traslada a Hollywood donde inicia una notable carrera como actor de reparto (a menudo, mal denominado «secundario»). Todo buen aficionado al cine reconocerá sin dificultad algunas de las interpretaciones más célebres de este Ratoff de complexión robusta y aspecto algo tosco, cual Wallace Beery o Victor McLaglen. Pongamos que hablo de No soy ningún ángel (1933, Wesley Ruggles), Bajo dos banderas (1936, Frank Lloyd), El séptimo cielo (1937, Henry King), Eva al desnudo (1950, Joseph L. Mankiewicz).

No muchos, sin embargo, están al tanto de su faceta de director, labor en la que dejó bastantes trabajos a recordar y apreciar, realizados tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido. Trabajó a menudo con compatriotas suyos (el actor Akim Tamiroff, por ejemplo) y aunque no pertenecía a la élite de la dirección, contó a menudo con grandes estrellas y en ocasiones también con técnicos y profesionales de primera categoría, como Dimitri Tiomkin, extraordinario músico que firma precisamente la banda sonora de Justicia corsa. Ratoff dirigió, asimismo, en 1944, Song of Russia, característico producto de propaganda pro-soviética producida durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos y la URSS eran aliados contra las fuerzas del Eje. Abandonó el rodaje a mitad de la producción, siendo sustituido en la dirección por el húngaro Lászlo Benedek. Tras este experiencia de «compromiso», ni Ratoff ni Benedek permanecieron, como sí ocurrió con Lewis Milestone (director ruso-americano, lo mismo que el primero), incansablemente «en la trinchera».

De hecho, Ratoff frecuentó como director el género musical y de aventuras, y supo armonizar con gran habilidad el drama y la comedia; verbigracia: Los cuatro hijos de Adán, estrenada en 1941, el mismo año que Justicia corsa. Ese año todavía tuvo tiempo y empeño para dar a conocer otro trabajo tras la cámara: Los hombres que la amaron, con Loretta Young y Conrad Veidt, al frente del reparto. La última película que hizo, en Inglaterra, es un apreciable biopic sobre las venturas y desventuras del autor de El retrato de Dorian GrayOscar Wilde (1960)—, papel interpretado muy convincentemente por Robert Morley.


El argumento de la Justicia corsa está basado en la novela Los hermanos corsos de Alejandro Dumas, donde no faltan algunas constantes en las obras del escritor francés: el doble del personaje (en esta ocasión, hermanos gemelos) que genera múltiples enredos y promueve aventuras y travesuras; el honor mancillado; la malicia del villano y la venganza del héroe; la lealtad y la amistad; el lance amoroso; el sacrificio, etcétera.

En la isla de Córcega, emulando las costumbres sicilianas, dos familias poderosas —los Branchi y los Colonna— pugnan entre sí por motivos de poder, pero sobre todo de honor. En la mansión de los Branchi acaba de producirse el nacimiento de gemelos siameses. Tras el parto, el conde de Branchi, padre de las criaturas, ordena al médico que los separe por medio de una delicada intervención quirúrgica. La operación resulta exitosa. Mientras tanto, los Colonna atacan la casa Branchi y la incendian. Dan por muertos a todos sus miembros, pero el doctor y uno de los más fieles siervos logran huir con los herederos de la familia. Los hermanos separados en cuerpo son a continuación alejados geográficamente para no ser reconocidos por sus enemigos. Uno queda en la isla ejerciendo de bandolero, el otro marcha a París, donde se convierte en un dandi. Llegada la mayoría de edad, el médico que les asistió reúne a ambos hermanos, quienes desconocían la existencia del otro, en Córcega junto a la tumba de sus padres para contarles la trágica historia de su familia. Ambos deciden vengarse de los Colonna.


Douglas Fairbanks Jr., actor a quien no se ha reconocido como se merece su trabajo cinematográfico, interpreta con genio y figura a los dos hermanos, los cuales llegan a enfrentarse tras enamorarse ambos de la misma mujer (Ruth Warrich).


Film de pasiones y lances, de capa y espada, de intrigas y persecuciones, de doble juego y dobles parejas, romántico y exaltado. Una película muy entretenida para los amantes del cine de aventuras. ¿Hay algún aficionado al cine que no lo sea…?




8 comentarios:

  1. Yo confieso que soy uno de los muchos que desconocía los trabajos como director de Gregory Ratoff quien, para mí, siempre será el productor con problemas de estómago de Eva al desnudo. Tomo nota, pues.

    Veo que Fairbanks Jr. siguió los pasos aventureros de su padre, no? Chico valiente, más teniendo en cuenta que estuvo casado unos añitos con Joan Crawford y, para eso, sí hay que tener valor.

    Salucines

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    1. Échale un vistazo, amigo deWitt, a la filmografía de Fairbanks Jr. porque es muy interesante. Hizo todo tipo de películas, especialmente de aventuras, y con muy buenos resultados, a mi parecer.

      Salucines

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  2. Pienso ver esta película para reencontrarme con dos secundarios tan queridos como J. Carrol Naish y Akim Tamiroff, inolvidable su papel de Grandy en "Sed de mal".
    Saludos. Borgo.

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    1. Hombre, Borgo, son dos buenas razones, pero si te gusta el cine de aventuras, esta película te encantará, ya verás...

      Salucines

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  3. Respondiendo a tu pregunta : No, no lo hay. El cine de aventuras forma parte de nuestra memoria sentimental y de cine de barrio (dicho con toda la dignidad posible).

    Salucines

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    1. Pienso lo mismo que tú, Abril, me resulta inconcebible que haya un auténtico aficionado al cine que desprecie el cine de aventuras, ¡Si el cine en sí mismo no es otra cosa que una maravillosa aventura...!

      Otra cosa es algunos en el cine busquen otra cosa,,,

      Salucines

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  4. Donde puedo conseguir esa pelicula, mi padre "se muere" por verla

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    1. No sabría decirte, Christian, pero seguro que en alguna tienda en internet será probable encontrarla.

      Salucines

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