Título original: The Corsican Brothers
Año: 1941
Duración: 111 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director:
Gregory Ratoff
Guión: George Bruce y Howard Estabrook,
basado en la novela de Alejandro Dumas
Música: Dimitri Tiomkin
Fotografía:
Harry Stradling Sr.
Reparto:
Douglas Fairbanks Jr., Ruth Warrick, Akim Tamiroff, J. Carrol Naish, H.B.
Warner, John Emery, Henry Wilcoxon, Gloria Holden, Walter Kingsford, Nana
Bryant, Pedro de Cordoba
Producción:
Edward Small Productions
A la vista y disfrute de un film como Justicia
corsa (1941), viene más a cuento que nunca proferir esta expresión tan
exultante como nostálgica, pero de ninguna manera melancólica: «ya no se hacen películas como ésta…».
Emblemática producción de serie B del viejo Hollywood, contiene los principales
elementos que hicieron del cine a lo largo del siglo XX el gran entretenimiento
de masas, que, por lo general, con gran profesionalidad e ingenio, hizo de millones
de personas, entre las que me incluyo, entusiastas admiradores de un arte que
aúna en la pantalla aventura y fantasía,
emoción y ensoñación.
Manufacturada por una pequeña
productora, dirigida por un director apenas renombrado y con un reparto de estrellas
de segunda galaxia, Justicia corsa es, con todo, vibrante y cautivadora, sólida y en
ocasiones hasta brillante.
El realizador del film, Gregory Ratoff no es individuo
desconocido en la historia del cine. Nacido
en Rusia y exiliado como consecuencia de la Revolución bolchevique, dio sus
primeros pasos en el mundo del espectáculo en París, primer destino de su
condición de refugiado. Posteriormente, se traslada a Hollywood donde inicia
una notable carrera como actor de
reparto (a menudo, mal denominado «secundario»). Todo buen aficionado al cine
reconocerá sin dificultad algunas de las interpretaciones más célebres de este Ratoff
de complexión robusta y aspecto algo tosco, cual Wallace Beery o Victor
McLaglen. Pongamos que hablo de No soy ningún ángel (1933, Wesley
Ruggles), Bajo dos banderas (1936, Frank Lloyd), El séptimo cielo (1937,
Henry King), Eva al desnudo (1950, Joseph
L. Mankiewicz).
No muchos, sin embargo, están al tanto de su
faceta de director, labor en la que dejó bastantes trabajos a recordar y
apreciar, realizados tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido. Trabajó a
menudo con compatriotas suyos (el actor Akim
Tamiroff, por ejemplo) y aunque no pertenecía a la élite de la dirección,
contó a menudo con grandes estrellas y en ocasiones también con técnicos y
profesionales de primera categoría, como Dimitri
Tiomkin, extraordinario músico que firma precisamente la banda sonora de Justicia corsa. Ratoff dirigió,
asimismo, en 1944, Song of Russia,
característico producto de propaganda pro-soviética producida durante los
últimos años de la Segunda Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos y la URSS
eran aliados contra las fuerzas del Eje. Abandonó el rodaje a mitad de la producción, siendo sustituido en la dirección por el húngaro Lászlo Benedek. Tras este experiencia de «compromiso», ni Ratoff ni Benedek permanecieron, como sí ocurrió con Lewis Milestone (director ruso-americano, lo mismo que el primero),
incansablemente «en la trinchera».
De hecho, Ratoff frecuentó como director
el género musical y de aventuras, y supo armonizar con gran habilidad el drama
y la comedia; verbigracia: Los cuatro hijos de Adán, estrenada
en 1941, el mismo año que Justicia corsa. Ese año todavía tuvo
tiempo y empeño para dar a conocer otro trabajo tras la cámara: Los
hombres que la amaron, con Loretta
Young y Conrad Veidt, al frente
del reparto. La última película que hizo, en Inglaterra, es un apreciable biopic sobre las venturas y desventuras
del autor de El retrato de Dorian Gray
—Oscar
Wilde (1960)—, papel interpretado muy convincentemente por Robert Morley.
El
argumento de la Justicia corsa
está basado en la novela Los hermanos
corsos de Alejandro Dumas, donde no faltan algunas constantes en las obras del escritor francés: el
doble del personaje (en esta ocasión, hermanos gemelos) que genera múltiples
enredos y promueve aventuras y travesuras; el honor mancillado; la malicia del
villano y la venganza del héroe; la lealtad y la amistad; el lance amoroso; el
sacrificio, etcétera.
En la isla de Córcega, emulando las costumbres
sicilianas, dos familias poderosas —los Branchi y los Colonna— pugnan entre sí
por motivos de poder, pero sobre todo de honor. En la mansión de los Branchi
acaba de producirse el nacimiento de gemelos
siameses. Tras el parto, el conde de Branchi, padre de las criaturas,
ordena al médico que los separe por medio de una delicada intervención
quirúrgica. La operación resulta exitosa. Mientras tanto, los Colonna atacan la
casa Branchi y la incendian. Dan por muertos a todos sus miembros, pero el
doctor y uno de los más fieles siervos logran huir con los herederos de la
familia. Los hermanos separados en
cuerpo son a continuación alejados geográficamente para no ser reconocidos por
sus enemigos. Uno queda en la isla ejerciendo de bandolero, el otro marcha
a París, donde se convierte en un dandi. Llegada la mayoría de edad, el médico
que les asistió reúne a ambos hermanos, quienes desconocían la existencia
del otro, en Córcega junto a la tumba de sus padres para contarles la trágica
historia de su familia. Ambos deciden vengarse de los Colonna.
Douglas
Fairbanks Jr., actor a quien no se ha
reconocido como se merece su trabajo cinematográfico, interpreta con genio y
figura a los dos hermanos, los cuales llegan a enfrentarse tras enamorarse ambos
de la misma mujer (Ruth Warrich).
Film de pasiones y lances, de capa y
espada, de intrigas y persecuciones, de doble juego y dobles parejas, romántico
y exaltado. Una película muy entretenida para los amantes del cine de
aventuras. ¿Hay algún aficionado al cine que no lo sea…?
Yo confieso que soy uno de los muchos que desconocía los trabajos como director de Gregory Ratoff quien, para mí, siempre será el productor con problemas de estómago de Eva al desnudo. Tomo nota, pues.
ResponderEliminarVeo que Fairbanks Jr. siguió los pasos aventureros de su padre, no? Chico valiente, más teniendo en cuenta que estuvo casado unos añitos con Joan Crawford y, para eso, sí hay que tener valor.
Salucines
Échale un vistazo, amigo deWitt, a la filmografía de Fairbanks Jr. porque es muy interesante. Hizo todo tipo de películas, especialmente de aventuras, y con muy buenos resultados, a mi parecer.
EliminarSalucines
Pienso ver esta película para reencontrarme con dos secundarios tan queridos como J. Carrol Naish y Akim Tamiroff, inolvidable su papel de Grandy en "Sed de mal".
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Hombre, Borgo, son dos buenas razones, pero si te gusta el cine de aventuras, esta película te encantará, ya verás...
EliminarSalucines
Respondiendo a tu pregunta : No, no lo hay. El cine de aventuras forma parte de nuestra memoria sentimental y de cine de barrio (dicho con toda la dignidad posible).
ResponderEliminarSalucines
Pienso lo mismo que tú, Abril, me resulta inconcebible que haya un auténtico aficionado al cine que desprecie el cine de aventuras, ¡Si el cine en sí mismo no es otra cosa que una maravillosa aventura...!
EliminarOtra cosa es algunos en el cine busquen otra cosa,,,
Salucines
Donde puedo conseguir esa pelicula, mi padre "se muere" por verla
ResponderEliminarNo sabría decirte, Christian, pero seguro que en alguna tienda en internet será probable encontrarla.
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