Título original: Bachelor Mother
Año: 1939
Duración: 81 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Garson Kanin
Guión: Norman Krasna, a partir de una
historia de Felix Jackson
Música: Roy Webb
Fotografía: Robert De Grasse (B&W)
Reparto:
Ginger Rogers, David Niven, Charles Coburn, Frank Albertson, E.E. Clive, Elbert
Coplen Jr.
Producción: RKO Radio Pictures
Garson
Kanin, polifacético personaje del
mundo del espectáculo, trabajó en muchos y muy variados oficios, relacionados
principalmente con la comedia y el musical, tanto en el teatro y el cine como
en la televisión. En su condición de
escritor, firmó el guión de títulos tan célebres como La costilla de Adán (1949) y La
rubia fenómeno (1953), junto a su primera mujer Ruth Gordon, actriz además de escritora, inolvidable en el papel de
«vecina bruja»
en La semilla del diablo (Rosemary's Baby, 1968. Roman Polansky). Kanin ejerció, asimismo, de novelista y autor de obras teatrales, una de las cuales sirvió
de base argumental para escribir el guión cinematográfico de Nacida ayer (1950). No crea el lector,
por lo dicho hasta ahora, que sólo colaboró en films de George Cukor. A Kanin debemos también, entre otros muchos trabajos,
el guión de Perdidos en la gran ciudad
(1960), cinta realizada por Robert
Mulligan.
Por si fuese poco esta contribución
(apenas aquí resumida) al Séptimo Arte, es, justamente, por su calidad de
director que reservamos este semana el espacio de Cinema Genovés al trabajo de Garson Kanin. Aunque no dejó una
extensa filmografía, contó a menudo con grandes medios y conocidas estrellas
para dirigir películas, como ya ha sido dicho, comedias, muy en particular. La
crítica suele mencionar, a propósito de Kanin director, un título concreto, Mi
mujer favorita (1940), con Irene Dunne, Cary Grant y Randolph Scott,
comedieta a mi juicio poco memorable, cuyo principal aliciente está en el morbo
que produce ver trabajar juntos a, ejem, la pareja masculina, con algunos
guiños del guión a situaciones reconocibles en la vida real, si bien adaptadas
al guión.
Mi película favorita de las que dirigió Kanin
es, sin duda, Mamá a la fuerza (Bachelor
Mother, 1939). El
sentido del humor, como las pantuflas de andar por casa, es asunto muy —pero
que muy— personal. Pero, a esta cinta, cuyos papeles principales están
interpretados por Ginger Rogers, David
Niven y Charles Coburn, le tengo un aprecio muy especial. Inteligente e
ingeniosa comedia, en muchos aspectos, nos trae a la memoria los excelentes
trabajos de Mitchell Leisen en este género cinematográfico. La misma trama del film remite directamente a un
asunto recurrente en el cine del director de Medianoche, dirigida, mira por dónde, el mismo año, 1939, milagroso
año para la historia del cine: el contraste y la diferencia de clases sociales
y de estatus social en el desarrollo de las situaciones personales y
sentimentales.
Polly Parrish (Ginger Rogers), trabaja temporalmente en unos grandes almacenes de
Nueva York. Es la campaña de Navidad. Mientras atiende a los clientes en la
sección de juguetes, mostrando las evoluciones de un pequeño Pato Donald mecánico que se mueve solo y hace «cua cua» (el
guión sabe sacar, oportunamente, partido a este «personaje» en distintas
secuencias posteriores), recibe el aviso de que su contrato de trabajo expira
una vez hayan terminado las fiestas navideñas.
Al salir de la tienda, observa cómo una
mujer deposita un bebe a la puertas de un orfanato. Polly le reprende la
actitud, a lo que ésta responde que ella no es la madre y desaparece.
Compadeciéndose del niño, decide cogerlo en brazos —no vaya a caerse por las
escaleras— e informar a la administración
del centro de acogida sobre lo sucedido. Tras el informe, en el cual ha dado
sus datos personales, Polly se presta a abandonar el establecimiento. Oiga,
joven, no quiere replantearse el caso y quedarse con el niño. Escuche, amigo,
acaban de despedirme de los almacenes Merlin y además yo no soy su madre. Claro, claro, todas dicen lo mismo… El
enredo tan sólo ha comenzado.
El gerente del orfanato se presenta en
la dirección de los almacenes a fin de convencerles de que readmitan a la
muchacha dada su situación desesperada. Casualmente, se encuentra en el
despacho David Merlin (David Niven),
hijo del jefe, con fama de play boy. Hace
llamar a Polly y al verla, le propone recuperar el empleo a cambio de hacerse cargo del chaval. La primera reacción de la joven es hacerles ver
que todo ha sido un error y que ella no es, cuántas veces tiene que decirlo, la madre de la
criatura. Pero, finalmente, ante la
perspectiva de verse en la calle y el niño bajo techo, decide aceptar el trato
y ser «mamá a la fuerza».
David visita asiduamente a Polly, más
que nada para saber cómo va todo... La invita a salir e intiman. En un momento
dado, el padre de David y dueño de los almacenes (Charles Coburn), al tanto de dicha relación, con bebe incluido,
llega a la conclusión de que el calavera de su hijo es el padre del infante. En
el fondo, no se lo toma a mal, porque siempre ha deseado ser abuelo.
El film, muy recomendable, es conducido
con buen ritmo (algo esencial en la comedia), está repleto de situaciones
hilarantes, de embrollos y malentendidos, y muy bien escrito por el reputado Norman Krasna. El reparto cumple a la
perfección con su cometido. La música de Roy
Webb anima el cotarro general. Y en el montaje, Robert Wise completa la faena. Una película a ver y a disfrutar…
David Niven, Ginger Rogers y Frank Albertson
Con estos ingredientes se nos hace la boca agua: apetecible para sonreir y disfrutar.
ResponderEliminarEl tema se ha recuperado en comedias muy posteriores, seguramente con menos encanto.
Me la apunto.
Salucines:-)
En efecto, Abril, este tema de base se ha repetido bastante en el cine. Sin embargo, el socorrido y cutrecillo título en la versión española del film puede llevar a la confusión. Esta película que os propongo tiene elegancia, encanto y calidad. A ver.
EliminarSalucines