«Lewis
Milestone es conocido y reconocido por la crítica y los historiadores de cine
como director especialista en películas de guerra, o por mejor decirlo, de anti-guerra,
films pacifistas, de entre los que destaca, por encima de todos, All
Quiet on the Western Front (Sin novedad en el frente, 1930),
título al que se ve inevitablemente asociado su nombre. No obstante, y
así lo sostengo en las páginas que siguen, no es la mencionada cinta, ni
tampoco el género bélico mismo, allí donde el cineasta nacido en la Moldavia de
la Rusia imperial dejó constancia de su indudable talento cinematográfico;
tampoco es, a mi juicio, la mejor muestra de su producción fílmica.
Con gran
dominio de la técnica cinematográfica y muy capaz como director de actores,
supo moverse con suma destreza en el género dramático, donde dejó firmados
títulos memorables: Rain (Lluvia, 1932), sin ir
más lejos. Pero además —algo que me interesa destacar en el contexto de este
ensayo—, demostró una gran capacidad para desenvolverse en el siempre difícil
género de la comedia: Anything Goes (Todo vale,
1936) o Ocean’s Eleven (La cuadrilla de los once,
1960) son una clara evidencia de lo que digo.
Sorprendentemente, al reseñar
comúnmente la producción del cineasta, apenas es mencionado que Milestone
realizó los primeros cometidos en la industria del cine en calidad de gagman (escritor
de gags y situaciones cómicas) por encargo de directores bien situados en
el stablisment hollywoodiense, como Thomas H. Ince,
William A. Seiter, Allan Crosland y Harold Lloyd, entre otros. Añadiré
una reflexión más al respecto: fue en el género de aventuras donde, a mi
parecer, realizó su mejor trabajo, Kangaroo (La ley del
látigo, 1952), un título que, no menos sorpresivamente, pocos críticos
e historiadores de cine destacan a la hora de ponderar la filmografía de
Milestone.
Consciente
o no de sus verdaderas destrezas, la actitud termina por vencer a la aptitud en
Milestone. Nada distrae ni altera su decidida preferencia, su
orientación.
Insiste
y persiste, a la menor ocasión que surja, en la vía del compromiso fílmico,
en las películas «con mensaje»; en
particular, las que ensalzan la revolución, la insurrección, el motín, la
violencia…, inclinación que, en un director tenido por paladín del pacifismo,
se le antoja a uno, cuando menos, impresionante. En las páginas aquí reservadas
al examen de la bio-filmografía del cineasta ruso-americano, tan agitado como
discreto, veremos cómo lo sorprendente y sugerente no siempre es sinónimo de
increíble, pasmoso o provocador.
Director
a resguardo, francotirador que filma (shoot) películas con disimulo,
director de recámara asiduo del género bélico, pacifista y revolucionario, he
titulado, precisamente, el capítulo a él destinado en este ensayo, “Lewis
Milestone, un superviviente en la trinchera”».
Fragmento
del capítulo consagrado a la vida y obra de Lewis Milestone en mi libro Mervyn
LeRoy y Lewis Milestone. Cine de variedades vs. de trinchera (2013,
Amazon-Kindle)
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