Título versión española: El triunfo de
Buffalo Bill
Año: 1953
Duración: 101 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Jerry Hopper
Guión: Charles Marquis Warren, a partir
de una historia de Frank Gruber
Música: Paul Sawtell
Fotografía: Ray Rennahan
Reparto:
Charlton Heston, Rhonda Fleming, Jan Sterling, Forrest Tucker
Producción: Paramount Pictures
La conquista del Oeste americano
constituye en sí misma la epopeya por antonomasia de la historia de los Estados
Unidos. Más que el nacimiento de la
nación, representó su constitución material y espiritual, física y moral como
país, condición básica para que la Constitución, política, institucional y
formal, pudiese consumarse. Uno de los episodios épicos más memorables de esta
gran gesta fue el Pony Express, el
servicio de correos a base de postas a caballo que ayudó a unir el Este y el
Oeste, por todos los medios. En el año 1953, la Paramount produjo el film
con este título, Pony Express, convertido en la versión española en el melifluo El triunfo de Buffalo Bill.
Aunque
la película luce un brillante reparto, encabezado por Charlton Heston y Rhonda
Fleming, lamentablemente la película cojea de las cuatro patas. Dirigida
sin mucha competencia por Jerry Hopper,
la cinta no consigue la energía y la emoción que exigía semejante empresa. Otro
hito fenomenal de la conquista del Oeste, como fue la unión transversal del
continente por ferrocarril, sí tuvo en Cecil
B. DeMille a un conductor cumplidor y a la altura, dando como resultado Union
Pacific, film producido asimismo por la Paramount en el mágico año de
1939. Pero, ay, eran otros tiempos en Hollywood…
Con
todo, no supone una pérdida de tiempo acercarse a este tibio Pony Express, aunque sólo sea por
rememorar una página inmortal de la
historia del Big Country.
En
1860, una carta o un mensaje tardaban seis meses en llegar desde Washington a
la costa oeste. El país no disponía todavía de telégrafo ni de teléfono;
tampoco se sabía cuándo llegaría la televisión. La famosa línea de diligencias Butterfield Overland Mail cubría el
servicio en veinticinco días, pero sólo cuando el mal tiempo no lo impedía. No
había, pues, tiempo que esperar. Suponía un reto a la imaginación y al esfuerzo
personal y colectivo de toda una comunidad hallar un remedio inmediato a este
problema.
Los empresarios Russell,
Majors y Wadell se proponen dicho año 1860 poner en marcha un servicio
postal a lomos de caballos que en diez días llevase la saca del correo desde
Missouri a California. Nada más y nada menos que 3.165 kilómetros de
llanuras, montañas y desiertos, repletos de tribus de indios hostiles, bandidos
y a merced de unas condiciones atmosféricas no siempre favorables para cabalgar.
Había que montar un entramado de casi doscientas instalaciones de postas,
adquirir una considerable cuadra de animales y contratar a casi quinientos
jinetes, los legendarios riders del Pony, auténticos héroes
nacionales. Urgía unir la nación. Una nación que se desangraría en una feroz
Guerra Civil pocos años después…
El film recrea con bastante fidelidad el
funcionamiento del Pony Express, aunque para ello se valga de un pretexto
argumental poco sólido: la amistad de
Buffalo Bill Cody y su amigo y colega Wild Bill Hickcok. El célebre marshall asesinado en el poblado de
Deadwood nunca trabajó para la empresa de postas y hay múltiples versiones
acerca de si Buffalo Bill llegó a formar parte de los riders. Según su propia narración, estuvo en la nómina de la
compañía durante unos meses a la edad de quince años. Pero, las declaraciones
sobre la propia vida de este inventor de leyendas, animadoras de espectáculos,
son cuando menos poco fiables. En cualquier caso, Charlton Heston tenía treinta
años en el momento del rodaje del film. Demasiado mayor para el papel. Por su
parte, Forrest Tucker hace lo que
puede para emular a Wild Bill, pero, caramba, es poco creíble con el pelo corto
y rubio y bien rasurado.
De lo que no tengo objeción alguna que hacer es acerca de la presencia de Rhonda Fleming en esta producción, interpretando a la mujer de un villano que, junto a un puñado de bellacos, intenta como sea sabotear el Pony Express. Para el grupo de segregacionistas al que pertenecen, la rápida conexión entre el Este y el Oeste favorecería la Unión, y ellos patrocinan una California independiente del resto del país, un feudo aparte en el que hacerse los mandamases. Al final, reciben lo que se merecen y Rhonda Fleming queda libre de compromiso.
El
film contiene una famosa escena del baño
de Miss Fleming, junto a una sosias de Calamity Jane, que por sí sola
(olvídense de la calamidad) merece visionar esta película, entretenida, que
homenajea, a su manera, la gran hazaña del Pony Express.
Vaya titulo que le dieron en por estos lares (EL TRIUNFO DE BUFFALO BILL),desde luego se imaginarían,que en aquellos tiempos vendería mas.La película ,como tu bien dices,no es nada del otro mundo.Mas bien discreta,pero se deja ver.Para recordar el famoso Pony Express.
ResponderEliminarUn saludo.
No otra razón que la tú señalas, Antonio, me ha animado a escribir esta entrada: recordar el famoso Pony Express.
EliminarSalucines
Tienes que perdonarme amigo Genovés porque estaba casi segura de haber dejado un comentario, Leí el post y..no sé. Bueno el caso es que te lo dejo ahora. Me parece una película entretenida de esas de sábado sobremesa de tarde pero quizás no le estoy haciendo justicia. Los videos que nos dejas son muy evidentes: las chicas son guerreras y guapas.
ResponderEliminarEn éste tema prefiero El Gran combate o La Conquista del Oeste pero estoy segura que tú sabes el porqué.
Salucines
Nada hay que perdonar, querida Abril. Pásate por aquí cuando puedas y quieras.
EliminarCiertamente, nos quedaremos sin la gran película sobre el Pony Express. Porque en estos tiempos que corren, no espero milagros en el cine. Tal vez si resucitara la HBO...
Salucines
En primer lugar rogarle a D. Fernando disculpe el que le tenga tan abandonado, pero desde el Verano se han producido ciertos cambios en todo lo que es tema "organizativo" en mi vida y no busco, ni tampoco me apetecía mucho entrar en los blogs amigos pues así lo son para mi. Esa es mi disculpa, vd. sabe que yo aprecio Cinema Genovés, y si me pasé de vez en cuando a ver alguna reseña pero no a dejar mensaje. Lo cierto es que desconocía completamente este Western, y aunque sea más bien floja, por lo que comentais, seguro merece la pena echarle un ojo aun gran consumidor del género. Bueno D.Fernando, espero seguir de ahora en adelante con asiduidad requerida para los buenos amigos, que como a vd. tengo en alta estima. Roy.
ResponderEliminarTe digo lo mismo que a Abril, amigo Roy: nada hay que disculpar, y sí mucho que agradecer por teneros entre mis más selectos amigos cinéfilos.
EliminarOrganícese usted, amigo mío, porque, ya sabe, 'primum vivere, deinde... cinecitari'. Que no Cinecittá...
Salucines