Duración:
71 minutos
Nacionalidad:
Italia
Director:
Giorgio Bianchi
Guión: Giovanni
Grimaldi, Ruggero Maccari, Ettore Scola, Alberto Sordi, Felice Zappulla, a
partir de una historia de Raffaello Matarazzo
Música:
Carlo Innocenzi
Fotografía:
Mario Bava
Reparto:
Alberto Sordi, Giulietta Masina, Mara Berni, Andrea Checchi, Tina Pica,
Vittorio Caprioli, Turi Pandolfini
Producción:
Fortunia Film / Rizzoli Film
Desde la perspectiva de las «cinematografías nacionales» (si es que existen tales cosas), la comedia italiana, para mi gusto y a mi parecer, no tiene parangón con ninguna otra realizada en la historia del
cine. Claro que toda producción es particular y tiene lo suyo. Pero, yo no
hablo de particularidad, sino de singularidad…, es decir, de excelencia, de
calidad, de perfección. Cierto es también que no cabría añadir, en este caso,
los atributos de la exquisitez y la elegancia; o, al menos, no siempre, porque hay excepciones, como todo en la
vida. Pero cuando hablamos de la comedia all’italiana nos referimos, sobre todo, a los rasgos y las cualidades que la han hecho mundialmente célebre. Ya me
entienden, a eso que los muy críticos y muy puestos en la cosa denominarían
cine «chabacano».
Ese cine tan correctamente producido, tan
maravillosamente interpretado, ese cine tan divertido... Sin duda, a esas «comedietas» que tanto aprecio me refiero, a las dirigidas por Mario Monicelli, Vittorio de
Sica, Alberto Sordi, Luigi Comencini, Nanni Loy, Ettore Scola, Pietro Germi,
Antonio Pietrangeli, Giorgio Bianchi, Dino Risi, Steno, y protagonizadas por Totò, Aldo Fabrizi,
Eduardo y Peppino de Gilippo, Renato Salvatori, Tina Pica, Carlo Pisacane,
Memmo Carotenuto, Marcello Mastroianni, Sophia Loren, Vittorio Gassman, el propio Albertone e
tutti quanti…
Desde mi punto de vista, el esplendor del
género comienza a entrar en decadencia, cómo no, a partir de los años setenta,
cuando los «reyes y reinas» de la comedia responden al nombre de Ugo Tognazzi,
Lando Buzzanca, Silva Kozcina, Ornella Muti, Adriano Celentano, Giuliano Gemma, entre otros.
Ustedes ya me entienden… y todo sea dicho sin ánimo de ofender.
Buonanotte...
avvocato! es una
película encantadora y muy divertida, con un sublime Alberto Sordi, actor de
comedia como no ha habido otro. Interpreta a un abogado
«cantamañanas», más dado a la oratoria y la charlatanería que dotado para la
defensa jurídica de sus clientes. Oxidado en el oficio de jurista, no olvida
cobrar, sin embargo, las correspondientes minutas, en efectivo si es posible... Su esposa (Giulietta Masina), piadosa mujer, parte
de Roma para participar en unas jornadas marianas. Alberto ve vía libre para
aventuras nocturnas junto a un colega de profesión.
En esta ocasión, la tentación no vive arriba sino que se cuela
súbitamente en su apartamento. Se trata de una vecina (Mara Berni, despampanante señora muy del estilo de Sandra Milo) que
huye de su celoso esposo; por qué será, será... Alberto le ofrece protección,
así como la habitación marital, donde pasar la noche bien arropada. La buena mujer, claro, recela del celo del vecino. No hay
problema, añade, él dormirá en el sofá, o al menos eso le asegura a la misteriosa dama.
A la mañana siguiente, ella, la
bella Cinderella, desaparece y él se queda muy decepcionado —con el rabo entre
las piernas, cabe decir—, y hasta cree que con un manojo de liras menos, que
había dejado en el despacho de la vivienda. Le sigue la pista hasta descubrir
que todo era un malentendido, que no era una ladrona…
Comedia
de enredos y equívocos, plena de magníficos personajes secundarios, cada cual con historias muy primarias, pero no por ello menos divertidas. El director Bianchi brinda aquí al espectador un producto ligero, cierto es. Ligero y también ágil, resuelto, ingenioso,
chispeante, hilarante en muchos momentos. No lo tenía difícil, después de todo,
contando con un espléndido guión y un
Alberto Sordi genial, más Albertone
que nunca.
Hola, Fernando, buenos días; el de la comedia italiana es uno de esos 'géneros nacionales' de los que apenas tengo referencia, dado que no he visto casi ninguna peli encuadrable en el mismo. Eso sí, hace no muchos días tuve ocasión de meterme una entre pecho y espalda (El mirlo macho, de Pasquale Festa Campanile), y me resultó tremendamente decepcionante (ni siquiera me pareció compensación suficiente la generosísima exhibición carnal de una Stefania Sandrelli fastuosa). En fin, habrá que insistir más; y buscar mejores piezas, claro...
ResponderEliminarUn abrazo y hasta pronto.
Gracias, Manuel, por tu comentario.
EliminarHombre, si te fijas bien en el post, ahí digo que a partir de los años 70 empieza la decadencia de la comedia italiana, y vas y te ves una peli italiana de los 70...
Mira, la década de los 50 es la mejor. Consulta los nombres que sugiero arriba y me cuentas. Ponte alguna peli de Monicelli y verás, no falla. Por ejemplo, 'Guardias y ladrones', la famosa 'Rufufú' o 'La gran Guerra'. O alguna de Dino Risi: 'El signo de Venus' tampoco falla. E tutti quanti...
Eso sí, en italiano, con o sin subtítulos. Para un español, el italiano se entiende todo, caramba. Y suena tan bien...
Salucini
Tomo nota porque aquí sí que tengo bastantes asignaturas pendientes, amigo Genovés. Me quedo con Mastroianni y la Loren.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Amiga abril, hay muy buen cine italiano además de los trabajos de Mastroianni y Sophia. Confío en que las listas que pongo en el post te ayuden a amar estas películas, como yo las amo. Pero, mucho ojo con las fechas de producción. A partir de los setenta recomiendo muy poquito...
EliminarSalucini