Coincidiendo
con la la exposición antológica sobre la obra gráfica del pintor Edward Hopper (Nyack, 22 de julio de 1882 - Nueva York, 15 de Mayo de 1967), que tendrá lugar del 12 de junio
al 16 de septiembre de 2012 en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, dedicamos esta semana la entrada
de Cinema Genovés a este soberbio artista cuya producción tanta relación tiene con
el cine, el teatro y el espectáculo. Para quien pueda interesarle, sépase
que nuestro blog hermano, Los viajes de Genovés, propone estos días, por
su parte, un recorrido visual por algunos de los trabajos más representativos
del Hopper vinculado al tema viajero, en el que encontramos obras no menos
célebres y emblemáticas.
No vamos a glosar aquí y ahora la importancia en la historia del arte del
gran retratista de soledades y claridades; de miradas y perspectivas; de luces
y sombras; de horizontes lejanos y habitaciones angostas; de vidas oscuras y melancolía; de fuertes contrastes, recogidos, eso sí, con colores limpios y puros. Tampoco nos proponemos
disertar sobre la viva relación del arte de Hopper y el cine. El lector animado a indagar puedo hallar en variados lugares abundante material que trata sobre ambos
asuntos, y con mayor fondo y forma del que pudiéramos ofrecer en este espacio.
En cualquier caso, por si alguno no sabe exactamente de qué estamos
hablando, basten estas tres referencias cruzadas (montaje paralelo) para entrar
en situación.
Nighthawks, 1942
Forajidos (The Killers, 1946 - Robert Siodmak)
House by the Railroad, 1925
Psicosis (Psycho, 1960 - Alfred Hitchcock)
Queensborough Bridge, 1913
Manhattan (Manhattan, 1979 - Woody Allen)
¿Ya hemos refrescado la memoria a los menos familiarizados con las pinturas hopperianas? ¿O a quienes
pueden haber llegado a confundir a Dennis Hopper... con Edward Hopper? Les
dejo a continuación, entonces, con varias muestras de gran mérito en la
producción artística de Edward Hooper, justamente allí donde los espacios del cine, del
teatro y el espectáculo son protagonistas. Disfruténlas. Y recuerden que en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid pueden admirar algunas de estas pinturas en
directo.
Solitary Figure in a Theatre, 1904
Dos en el patio de butacas, 1927
The Circle Theatre, 1936
Sheridan Theatre, 1937
New York Movie, 1939
Girlie Show, 1941
First Row Orchestra, 1951
Intermission, 1963
Desde el primer momento que puse la mirada en un cuadro de Hopper con sus personajes solitarios en escenarios tan netamente americanos me enamoré de su pintura ( no sabia muy bien porqué ) y es que es el cine, como un storyboard o un boceto de pelicula, un fotograma. He ahí su encanto. Una pìntura casi minimalista que expresa tanto como bien apuntas, la soledad y esa tristeza..las mujeres en hoteles, en un café sus miradas perdidas..
ResponderEliminarCreo que no me perderé la exposición si puedo.
¡Muy interesante la entrada y muy en sintonia, el arte con el arte (pintura y cine)
Saludos
Gracias, abril, por tu comentario, cuyo contenido comparto sin reservas. Tienes razón al advertir que existe una estrecha sintonía entre cine y pintura, que hace que constituyan dos amores en el corazón de todo aficionado al arte. En el caso de Hopper lo que ocurre es que dicha sintonía está más de manifiesto que en otros pintores, pues su pintura es muy cinematográfica.
EliminarSalucines
Estupenda y maravillosa entrada, para cualquier admirador del arte y no sólo de Hopper. Los montajes en paralelo son fantásticos. Cuanto le ha dado el cine a Hopper y viceversa!. Yo, en mi blog tengo permanentemente un dibujo suyo, del que ahora no recuerdo el nombre, que parece estar sacada de cualquier plano de un storyboard.
ResponderEliminarSaludos
Roy
Gracias, amigo Roy, por su amable comentario. Y sí, no se me ha escapado el detalle del homenaje estable que rinde a Hopper en su blog. No es para menos...
EliminarSalucines
Llevo tiempo, compa Fernando, planteándome seriamente el hacer una escapada a Madrid (en plan turisteo, y no por trabajo), y ésta ya sería una excusa más que poderosa para justificar el empeño. Qué ganas…
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buena semana.
París bien vale una misa, amigo Manuel, y Madrid siempre merece una visita. Tanto más cuando le espera a uno es una exposición como la Edward Hopper. Y también bastante calor en estas fechas... Todo sea dicho.
EliminarSalucines
Magnífico Hopper! Qué pena que Madrid me pille lejos y sin un pavo... aunque haré lo que pueda. Yo viendo sus cuadros me siento de lo más "voyeur", es una sensación rara la que provocan.
ResponderEliminarUn saludo
¡Qué pena, Mara, por ese pavo desplumado...! De todos modos, recuerda que el museo Thyssen tiene un magnífico fondo de la obra de Hopper y siempre hay posibilidad de visitarlo. No es lo mismo que esta antológica. Pero, no deja de ser un consuelo.
EliminarEsa "sensación rara" de la que hablas probablemente se debe a que contemplando a los personajes de los cuadros de Hopper no estamos viendo a nosotros mismos...
Salucines
Qué maravilla de entrada, maestro!! Y es que Hopper pintaba cine (o quizás debiéramos decir que muchos "filmaban por Hopper"?) Cinematografía pura y dura pero, sobre todo, el arte de la pintura. Poco que añadir a vuestros comentarios.
ResponderEliminarA ver si podemos pasarnos por el Thyssen, cita ineludible siempre que voy a Madrid!
Y por cierto, la obra fotográfica de Hopper, el actor, no es nada desdeñable. Si no la conoces, échale un vistazo. A mí me sorprendió gratamente. La editorial Taschen tiene publicada una monografía al respecto.
Salucines
No, no, amigo Dewitt, deja la frase así: "Hopper pintaba cine". Que es perfecta.
EliminarY sí conozco la faceta fotográfica de nuestro siempre recordado Dennis Hopper. Tampoco olvido su papel en "Apocalipsis Now", donde interpreta a un reportero fotográfico con gran convicción...
Salucines
Estupenda y plásticamente bellísima entrada, Fernando.
ResponderEliminarConocía la inspiración de Killers pero las otras dos han sido un grato descubrimiento.
Esas pinturas de Hopper siempre me han parecido magníficas representaciones de su país.
Ojalá pudiera acercarme a los madriles, porque coincide con Rafael en El Prado...
Un abrazo.
p.d.: he intentado insertar el comentario un montón de veces. Espero que no haya repeticiones...
Como ves, amigo Josep, tu comentario, como la bola de Rafa Nadal, entró, entró...
EliminarPues, tienes mucha razón. Hopper y Rafael es una doble sesión perfecta, un motivo perfecto, para acercarse a los madriles. Y ahora que lo dices. La relación entre Hopper y el cine se me revela de inmediato. Pero, las pinturas de Rafael y el cine... Tendría que pensarlo. Se aceptan sugerencias.
Salucines
Magnífica entrada Fernando, desde que leí en prensa la llegada de una exposición antológica sobre Hopper en la Thyssen, estoy francamente excitado.
ResponderEliminarHopper es a la pintura lo que Allen al cine: El gran cronista de NYC, en su obra diseca con una melancólica belleza las estampas cotidianas de La Gran Manzana.
No hay que perdérsela.
Salucines
Gracias, amigo David.
EliminarMe gusta la comparación que haces entre Hopper y Allen como cronistas de NYC, cada uno en su parcela artística. De hecho, ya he referido el hecho en dos imágenes "paralelas" que aparecen en el post.
Y, cierto, esta exposición no es de "no te menees", sino de desplazarse a verla...
Salucines