Título
original: A Foreign Affair
Duración: 116 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Billy Wilder
Guión:
Charles Brackett, Billy Wilder, Richard L. Breen.
Música: Frederick Hollander
Fotografía: Charles Lang Jr.
Reparto:
Jean Arthur, Marlene Dietrich, John Lund, Millard Mitchel, Peter von Zerneck,
Stanley Prager, Bill Murphy, Raymond Bond
Producción: Paramount Pictures
¿Cuál
de los dos Wilder es el real, el tierno romántico o el romántico vergonzante? Daré dos pistas. Primera: en muchas de las películas
que realizó suena, como tema central o de pasada, la célebre canción Isin't
it romantic?, compuesta por Richard
Rodgers, con letra de Lorenz Hart.
Segunda: la transfiguración, el
cambio de papeles, cuando no directamente el travestismo, es un tema recurrente
en las películas de Wilder. ¿Es esto casualidad? ¿No es esto un claro indicio? ¿Es esto romántico, o no?
El instrumento retórico básico —y clásico—
a aplicar en estos casos es el empleo de la
ironía, instrumento humorístico que garantiza distanciamiento con la
realidad. Hay grados en la ironía y, ciertamente, Wilder aplicaba en el cine
una fuerte dosis de la misma.
Hedy Lamarr en una visita al set de rodaje del film
— Si das pan a un hambriento, esto es democracia. Si
dejas el envoltorio, es imperialismo.
Berlín Occidente contiene, asimismo, algunas secuencias magistrales, rodadas con suma
inteligencia. La declaración de amor (oportunista y estratégica) del Capitán John Pringle (John Lund) a la congresista por Iowa, Phoebe Frost (Jean Arthur) en la sala de archivos del Ejército norteamericano, a
quien acorrala entre cajones de fichas y expedientes. La ofensiva erótico-militar tendrá la oportuna réplica al final del
film, cuando la ya desinhibida (enamorada, al fin) Phoebe sitia y lleva al
rincón, abriéndose paso entre sillas del club, al capitán, ganador en la
guerra, vencido en el amor.
Wilder presenta al personaje Erika en una escena donde la intimidad de la mujer es violada. El capitán penetra en la vivienda de Erika mientras ésta se cepilla los dientes en el cuarto de baño. A continuación, la observa desde un gran agujero en la puerta hecha añicos. Ella intenta quitárselo de encima escupiéndole en la cara el agua con la que se enjuaga la boca. Él, en venganza, se seca el rostro con el cabello de la amante.
John.-
Me limpio la cara.
Erika.-
Me haces daño, Johnny. Siempre me haces daño. ¿Por qué eres tan malo conmigo?
El
Coronel
Rufus J. Plummer (Millard Mitchell), comandante en jefe
de las fuerzas estadounidenses destacadas en Berlín, se mofa en público de los miembros
del Congreso, y procura engañarles en todo lo que puede. Los congresistas se
dejan engañar y sólo intentan cubrir el expediente sin problemas. Menos la
congresista Frost. Hasta que se enamora del capitán…
Los soldados americanos confraternizan e intiman con la población civil femenina sin consultar la Ética a Nicómaco de Aristóteles. Niños berlineses pintan con tiza cruces
gamadas por las paredes (o en cualquier sitio), ante lo cual, una vez
descubiertos, sus padres están dispuestos a enviarlos, como castigo, a la
cámara de gas… En cualquier caso, modos de conducta todos ellos de dudosa
moralidad. ¡Y el comité del Congreso ha ido a Berlín a evaluar el estado moral
de la tropa!
¡Sólo el
amor se salva, al final! Sí, aunque para ello haya que utilizar toda clase de
trucos y fullerías. ¿No es esto romántico? No sé. Aunque lo cierto es, a mi juicio, que el duelo femenino entre Erika/Marlene Dietrich y Phoebe/Jean Arthur destaca en el film por encima de todo lo demás. Marlene gana, claro está. Aunque es Phoebe la
que se lleva el pájaro a la olla. O sea, de vuelta a casa.
Por si esto fuera poco,
Berlín
Occidente ofrece algunos de los números musicales más memorables de la
carrera de Marlene Dietrich.
No la he visto, compa Fernando, pero viniendo firmada (y filmada) por su excelsa señoría Wilder, no te quepa duda que es solo cuestión de tiempo el que me la eche al coleto. Lo de Wilder, en general, más que ironía o sarcasmo, era vitriolo, puro, sin mezcla. Todo un tipo, sí, señor...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buena semana.
P.S. lamento no haber dado cumplimiento todavía a la encomienda que me hiciste llegar con la entrega del premio Liebster blog. Pero no la he echado en olvido, ni muchísimo menos...
Pues, amigo Manuel, ponte pronto a la faena porque esta película es para verla más de una vez. Sólo así se captan las mil diabluras de imagen y diálogo que contiene.
EliminarSalucines
PS. Tranquilo con lo del premio que no reporta dinero, pero tampoco comporta obligaciones. O sea, que la encomienda sí tiene enmienda...
Magnífica película del maestro Wilder, que desgraciadamente suele pasar algo desapercibida en la revisiones de su filmografía entre tanta obra maestra como atesora . Como casi siempre Wilder acierta con el tono cómico sabiéndolo ajustar a la perfección en un marco dramático como es el de la Alemania de la postguerra.
ResponderEliminarMaravillosas Marlene (se que compartimos debilidad por el Ángel azul) y Jean Arthur. Y Lund cumplidor, sacando adelante con soltura su papel de oportunista avanzado.
Una joyita.
PD ¿Qué opinión te merece la cinta de Schorderberg "El buen Alemán" claramente inspirada en Berlín Occidente?
Pues, haces bien, amigo David, en sacar a relucir el nombre de John Lund, el prota masculino de la película entre dos señoras de armas tomar. Porque la verdad es que está magnífico: irónico, con un punto de canalla y, ay, romántico...
EliminarSalucines
PS."El buen alemán" es, a mi juicio, un film para olvidar. Así que no me acuerdo que iba a decirte... Ah, sí. La Cate Blanchett muy bien. Pero es que George Clooney, francamente, no lo trago. Y que me perdonan algunas amigas de Cinema Genovés...
Bueno , que decir, si desde el primer momento, cuando llegan a Berlín y todos miran por las ventanillas del avión esa ciudad llena de escombro, los comentarios que se marcan los de la misión, es que como buen Wilder, la película no para.
ResponderEliminarYa lo has dicho todo, y bien, Fernando, ultimamente te estás "currando" unas entradas muy trabajadas, o puede ser que coincicdan simplemente más en gustos conmigo...:-)))
Saludos
Roy
Es que yo, amigo Roy, soy muy trabajador...
EliminarMuy amable, en cualquier caso por el cumplido. Y sí, creo que, probablemente, es la coincidencia en los films y en los enfoques lo que dé dicha impresión. En cualquier caso, uno hace lo que buenamente sabe y puede.
Salucines
Wilder magnifico, el film es fabuloso y que decir de Marlene Dietrich, este es el cine, el buen cine que gusta a todos los cinefilos.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Susan, por tu comentario. También tú demuestras tener buen gusto al valorar así este magnífico título.
EliminarSalucines