Anunciado, próximamente, el estreno en EEUU de la segunda temporada de Treme (2011), creo que es un buen momento para reseñar los grandes atractivos de esta serie producida por la cadena HBO. Creada por David Simon y Eric Overmyer, la marca de serie está, de entrada, garantizada. David Simon, uno de los escritores de series para la televisión más reputados en el momento presente, es el responsable de series tan atractivas como Homicide: live on the street, The Corner y Generation Kill. Pero, por si esto fuera poco, ya tiene plaza asegurada en el Olimpo del cine y la televisión al haber puesto su firma en la serie: The Wire (2002-2008). La mejor serie de TV producida hasta la fecha, según sostiene gran parte de la crítica. Una valoración que no juzgo nada exagerada. La dirección de los capítulos de la primera temporada de Treme ha corrido a cargo, junto a los citados creadores de la serie, de la realizadora europea Agnieszka Holland.
La acción de Treme en la primera temporada (2010, diez capítulos) transcurre en Nueva Orleáns poco después de haber sido azotada por el huracán Katrina en agosto de 2005. Lejos de dejarse tentar por la pesca de bajura política en aguas revueltas, el guión de Treme (pronúnciese Treméi, esto es, combinando la pronunciación inglesa y la francesa) fija su atención en las vicisitudes de la ciudad ribereña tras la catástrofe natural.
La protagonista —y estrella— de la serie no es, por tanto, Miss Katrina sino Lady New Orleans. Quiero esto decir que no estamos ante una producción de (ni sobre) catástrofes, sino acerca de la vida y la muerte de una comunidad muy especial que pasa por tiempos difíciles. La trama de Treme no es otra que la supervivencia de una ciudad, una ciudad, en efecto, muy «singular».
La amenaza de los ciclones es cíclica en Nueva Orleáns. Esta fatal circunstancia obliga a sus habitantes a vivir permanentemente al límite, al día. Unos años, el vendaval de aquí te espero apenas da para un titular de prensa; otros, resulta devastador. El huracán que da alas a la historia de Treme fue de los tremendos. Este existir en el ojo del huracán concede al lugar unos rasgos peculiares. Eligiendo vivir al margen, más que marginada, Nueva Orleáns es una ciudad marginal.
Ciudad del profundo Sur, de antiguo sabor francés, situada en el delta del Misisipi, Nueva Orleáns parece anclada en el pasado, preservando unos valores tradicionales que asimila milagrosamente las nuevas tendencias. Reserva ideal para la bohemia y la bonhomía, paraíso de músicos y creadores «independientes», la ciudad conserva la magia de lo atávico y visceral aromatizada por los aires contemporáneos.
Todos estos elementos quedan convenientemente recogidos en Treme: el vudú y la cultura sincrética; los mitos y los ritos ciudadanos; el sentimiento trágico de la vida fusionado con la joie de vivre; la gastronomía (que reúne milagrosamente la cocina francesa y la criolla); la influencia poderosa en el espíritu de los habitantes de las aguas profundas del gran río y las lagunas, asomándose al golfo de México, que materialmente los rodean; un cielo sobre sus cabezas que se adivina poco protector.
Pero, por encima de todo, en Nueva Orleáns y en Treme está la música, el alma de la villa: el jazz, el blues, los ritmos caribeños, los cantos y bailes nativos de las tribus indias, los funerales con banda de música, la emisoras de radio «alternativas», las jamsessions en los clubes, tabernas y garitos, los músicos callejeros, los festivales.
Ante la llegada del viento feroz, muchos abandonan Nueva Orleáns. Bastantes, resistiéndose a volver, se han instalado en otras zonas del país procurando iniciar una nueva vida y dejar atrás la «maldición» de la ciudad. La mayoría de los habitantes, sin embargo, decide quedarse y emprender la reconstrucción de villa y de vidas. Paisaje y paisanaje conforman aquí una unidad sentimental. Los personajes de la serie encarnan vivamente esas experiencias de subsistencia por medio de historias cruzadas, al mejor estilo de un género («vidas cruzadas») que tiene en el cine prestigiosos antecedentes: Robert Altman, Rodrigo Garcia, Crash de Paul Haggis, etcétera.
Un matrimonio, profesor y abogada (John Goodman y Mellissa Leo), comprometidos con la defensa de los derechos civiles y la denuncia de la corrupción política; una joven chef de cocina emprendedora (Kim Dickens, la madame de burdel en la serie Deadwood) empeñada en mantener un restaurante contra viento y marea; una madura mujer (Kandhi Alexander) luchando por no cerrar el bar que regenta, y cuyo tejado pende inestable sobre su cabeza; un trombonista con buen corazón y un soplo de pillastre (Wendell Pierce, protagonista a su vez de The Wire); el gran jefe («Big Chief») del Mardi Gras Indians (Clarke Peters, intérprete también en The Wire); jóvenes músicos, en fin, que viven para la música, pero que de ella viven con más pena que gloria… Y no olvidemos el cameo que llevan a cabo conocidos músicos, vinculados, en mayor o menor grado, con la ciudad natal de Louis Amstrong: Kermit Ruffins, Coco Robicheaux, Allen Toussaint, Trombone Shorty, Dr. John, Elvis Costello…
Desplazados y resistentes, indianos e indios, turistas y residentes, clásicos y modernos, todos convergen, finalmente, en el Mardi Gras (Fat Tuesday en inglés), el gran carnaval de Nueva Orleáns, como quienes acuden, casi por instinto, a la llamada de la selva urbana. Nadie quiere perderse el evento. Los festivos desfiles hermanan la ciudad. Todo el mundo se disfraza y da la nota como puede (los nativos celebran el carnaval paralelo Mardi Gras Indians). No importa la crisis ni los efectos del huracán. Todos bailan y giran en torno a Mardi Gras, el Tótem de Nueva Orleáns. Lo que el viento no se llevó.
Por lo que dices tiene buena pinta, aún quería ver The Wire antes. He oido que es una de las mejores series de televisión. El problema que siempre tengo con las series es el tiempo. A ver si en verano.
ResponderEliminarUn saludo.
Emilio: tengo dicho en este blog que el mejor cine que puede verse en los últimos años está en algunas series de TV. Entre otras, esas dos: The Wire y Treme. Hazles un hueco, porque, en efecto, pintan muy bien.
ResponderEliminarSalucines
Absolutamente toda la razón, amigo Genovés. "The Wire" me dejó absolutamente impactado. Ví la primera temporada y ya no pude parar. Me entró como la droga (valga el símil).
ResponderEliminarIgual me ha ocurrido con "Mad Men", aunque he notado cierto bajón en esta cuarta temporada.
Había oído sobre "Treme", pero ahora que he leído tu entrada ya no me ha quedado ninguna duda y me he puesto en la tarea de localizarla.
Es una realidad lo que dices. En ocasiones, algunas series de TV, son el mejor cine adulto que se puede ver hoy.
Un abrazote.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY, hablando de series recientes, Anro, amigo, no te olvides de In Treatment (interpretada por Gabriel Byrne y dirigida por Rodrigo García) ni de Sherlock (miniserie de la BBC, de tres capítulos, bastante atractiva). Por no hablar ahora de Band of Brothres o The Pacific, porque ya hablé aquí de ellas hace unas semanas, mientras tú estabas de vacaciones...
ResponderEliminarMe han hablado bien de otra miniserie americana (Empire Falls), que no he visto todavía.
Salucines
Gracias, David, por hacerme notar la errata. Mi torpe mano ha señalado en el teclado al director en vez de al actor. No sólo eres un fino analista sino también un atento lector.
ResponderEliminarSin embargo, compruebo que todavía sigues sujeto al prejuicio según el cual visionar series de TV es igual a ser televidente. Toda mi sección "Series de TV (en serio)" intenta mostrar lo contrario. Y como también te he comentado en alguna otra ocasión, yo mismo no veo en absoluto la tele, pero, como aficionado al cine, soy gran aficionado a las series de televisión. Quiero decir, a las buenas series de televisión.
Salucines
No, lo decía sin ironía, yo tomo tus recomendaciones, al igual que la lectura de tus reseñas (siempre interesantes) muy en serio, sólo hay que ver que parte del mérito de que haya visto dos musicales en menos de un mes lo tiene tu entusiasmo para con el género.
ResponderEliminarMi compromiso con las series de TV (en serio) es serio. De hecho esta "Treme" que recomiendas me parece muy atractiva, pero ahora mismo, tengo todo mi tiempo libre comprometido en varios proyectos ineludibles... Quizás el próximo verano sea el momento de comenzar a disfrutarlas.
Salucines.
Amigo David, tampoco hay que ponerse tan serios... Ni imponerse las recomendaciones como un deber o como tomarse una medicina... Aunque bien pensado, yo no entiendo exactamente el post como una "recomendación". A menudo entro a trapo en pelis o series que no me han convencido, pero de las que conviene hablar. O sea "criticar". La crítica no tiene que ser siempre "positiva". En suma, que "Treme" vale la pena, vamos.
ResponderEliminarSalucines
Pues aquí otro que no sigue series. Por un único motivo, que nada tiene que ver con la calidad que desde luego alcanzan. Tengo un problema con eso de las temporadas.
ResponderEliminarExplicación:
Me gusta una serie, la empiezo-la termino... ¡no! Creí que terminaba, pero aparece la segunda temporada. La continúo: generalmente, no aporta nada nuevo. Es más de lo mismo. ¿Por qué una tercera temporada? Etc. ¿Qué pasó con tal personaje? ¿Por qué este ha cambiado de cara?
Está bien, me apunto Treme. A ver si no me vuelvo a llevar una desilusión.
Saludos, amigo Genovés.
Ese "problema", amigo Gourmet, también lo tendrás entonces con las películas por partes, desde "El Padrino" a "El señor de los anillos"... Con lo cual, te perderías, asimismo, muy buenas experiencias cinematográficas.
ResponderEliminarHay series, ciertamente, que se alargan artificialmente y sin necesidad. Vale, las dejas, y allá se las entiendan sus creadores, personajes y demás. Pero, fíjate, cuando una serie es buena, buena, pero buena de verdad,yo lo que lamento es que acabe. Me pasó, por ejemplo, con "Deadwood" y con "Roma".
Pero, en fin, también a ti te digo que esto de las series no hay que tomárselo como un deber. Siempre nos quedarán los clásicos para mantener la pasión por el cine.
Salucines
Pues el problema es parecido, sí. Lo que pasa es que has puesto dos ejemplos que sí se salvan de la quema.
ResponderEliminarCon Roma me pasó: una buena serie, muy buena, que poco a poco me fue resultando tediosa.
Claro que no me lo tomo como un deber. Si nos aconsejas esta serie será porque debe ser un placer. Y los clásicos, efectivamente, siempre están ahí :D
Saludos
Gourmet: con “Deadwood” y con “Roma” sucede que, además de otros valores como tienen, han supuesto un hito en la estética del “western” y del “peplum”, respectivamente. La mirada sobre un “saloon” en el Oeste o sobre una vía pública en la antigua Roma, a partir de estas series, son ya distintas. Al menos, para mí. Y esto está aconteciendo, nos guste más o menos, en producciones para la televisión, y no tanto en películas para el cine.
ResponderEliminarCreo que en estos últimos años están teniendo lugar importantes cambios en estos medios, a los que deberíamos estar muy atentos.
Salucines
Saludos, Fernando R.Genovés. Es la primera vez que entro en tu blog y me ha encantado lo que dices y cómo lo dices. Enhorabuena. Ya me he hecho seguidor tuyo. Y en cuento a las series, creo que no hay que tener prejuicios con las series. Es cierto que durante décadas el concepto de serie fue uno; pero son ya muchas las voces (autorizadas)que nos hablan de la excelente calidad de algunas series de ahora. Yo me considero un buen cinéfilo, y desde luego mi disfrute (a nivel cinematográfico: es decir, a partir del guión, la puesta en escena, la fotografía, las interpretaciones, etc) de las series que me han gustado no tiene nada que evidiar al que me han proporcionado las películas. Tremé, The Wire, A dos metros bajo tierra, Los Soprano, In treatment o Breaking Bad no tienen nada que envidiar a grandes obras maestras del séptimo arte, desde mi punto de vista.
ResponderEliminarSaludos a todos.
Bienvenido, Atticus, a Cinema Genovés. Y gracias por tu amable comentario.
ResponderEliminarMe congratulo de tu buena disposición cinéfila hacia las "buenas" series de TV, es decir, a las series de calidad cinematográfica. Esa clase de series es la que yo sigo, preferentemente, en este blog. Porque, en efecto, lo más interesante que está teniendo lugar en el cine actual se produce en y para la televisión. Tesis que sostenemos algunos que no "vemos" la televisión...
Salucines
Es una historia muy acertada que aborda bastante bien lo que sucedió tras el paso del huracán Katrina por New Orleans, desde que la vi me pareció muy interesante. Hoy en pleno 2013 llega a su fina con Treme temporada 4 y resulta un gran reto pues debido al éxito de la serie el público exige un final estupendo, ojalá así sea.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Sofía, y bienvenida a Cinema Genovés.
EliminarLa verdad es que la primera temporada de 'Treme' me gustó mucho. De ahí el escribir esta entrada. La segunda me decepcionó bastante, porque el asunto te tornaba ya un tanto repetitivo. No he seguido, pues, la serie. Aunque todavía estoy a tiempo de recuperar las temporadas perdidas...
Salucines