Título
versión española: Esta mujer es mía
Año: 1940
Duración: 98
minutos
Nacionalidad:
Estados Unidos
Director: W.S. Van Dyke, Frank Borzage,
Josef von Sternberg
Guión: James
Kevin McGuinness, a partir de una historia original de Charles MacArthur, y Ben
Hecht (no acreditado)
Música: Artur Guttmann, Bronislau Kaper
Fotografía: Harold Rosson
Reparto: Spencer Tracy, Hedy Lamarr,
Verree Teasdale, Kent Taylor, Laraine Day, Mona Barrie, Jack Carson, Paul Cavanagh,
Louis Calhern, Frances Drake, Bobby Barber
Productora:
Loew's / Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
No es nada
extraordinario que en el sistema de estudios de los años dorados de Hollywood
las películas pasaran, en su producción y realización, por muchas manos,
trátese de escritores, técnicos o directores, entre muchos otros. El cine se hizo mayor al pasar de la producción artesanal primitiva, facturando
películas elementales en barracones y sencillos tinglados, a los magníficos
arsenales que constituían las majors,
allí donde los sueños se hacían realidad. Los films clásicos no son, en
rigor, de sino hechos por; esto es, son producto de un equipo,
resultado de un trabajo grupal. Ahora bien, como decía el filósofo, en el justo
medio está la virtud; o dicho en vulgo coloquial, tampoco hay que pasarse…
Y algo de
esto pasó, en verdad, en el accidentado y prolongado rodaje de la película I
Take This Woman (Esta mujer es
mía), estrenada en 1940, pero cuyo preproducción y primeras tomas
comenzaron a finales de 1938. El proyecto fue concebido, en primera instancia,
por el productor Louis B. Mayer, como
vehículo de lanzamiento definitivo de la actriz Hedy Lamarr, buscando elevarla hasta la bóveda de las estrellas.
Para tal fin tomó como base argumental la obra de Charles MacArthur A New York Cinderella; en la adaptación cinematográfica
participó, sin ser acreditado, su viejo amigo y colega Ben Hecht. Al mismo tiempo contrató para el papel protagonista
masculino a Spencer Tracy, un actor
sólido, que compensara la inexperiencia —y, añado yo, la
inexpresividad interpretativa— de la bellísima Hedy. Asimismo, eligió a un
veterano director, Josef von Stenberg,
de quien esperaba que repitiera con la actriz vienesa el prodigio que hizo con Marlene Dietrich: crear una diva
cinematográfica.
Sin embargo,
las expectativas de Mayer no se vieron satisfechas. Stenberg y Lamarr no se
entendieron, ni en inglés ni en alemán (los dos habían nacido en la capital
austriaca), y la cinta no avanzaba. Stenberg
es sustituido por Frank Borzage, quien reconduce la producción durante tres
meses. Si bien el film queda prácticamente terminado, el resultado tampoco
contenta a Mayer, decidiendo éste parar el proyecto indefinidamente y archivarlo.
No es desempolvado hasta casi un año más tarde.
Tengo la
impresión (no pruebas documentales) de que Mayer tenía en mente producir una
comedia dramática de alta costura, que recogiese, es un decir, el costumbrismo
de Melodía
de la vida (Symphony of Six Million,
1932. RKO Pictures. Gregory La Cava), pero con el glamour y el poderío material y artístico de MGM, y no tanto una
intensa historia de amor, que era la especialidad de Borzage. Así pues, en
diciembre de 1939, Mayer solicita los servicios del director W.S. Van Dyke, a modo de tercer y
último recurso que pudiese poner el definitivo fotograma de «The End»
a la escurridiza cinta, y así cerrar con rapidez un proyecto que parecía
interminable. Van Dyke —conocido en
Hollywood con el sobrenombre de «One
Take Woody» (Una toma Woody [su nombre de pila]), por su probada celeridad
en el trabajo— no defraudó
al jefe. Antes del fin de año 1939, la película quedó lista para el estreno, el
cual tuvo lugar el 2 de febrero de 1904 en el Radio City Music Hall de Nueva York. Al
primer apodo, se sumó un segundo. Desde ese momento, W. S. Van Dyke fue conocido como «I Re-Take This Woman» (Yo retomé esta mujer).
La película, finalmente, cubrió
gastos, aunque fue vapuleada por la crítica. Frank S. Nugent dejó escrito con sarcasmo en el New
York Times (16 de febrero de 1940): «I
Take This Woman pasará a la historia
como la película que más veces tuvo que pasar por el
quirófano [la temática médica está en el fondo de la trama del film] en 1938, en 1939 y en 1940; por desgracia, el
paciente murió.»
A pesar de
todo, el film no es nada despreciable. Aunque dos son, a mi juicio, sus puntos débiles. En primer lugar, el registro narrativo de la película no
acaba de quedar definido, una circunstancia que en el cine contemporáneo
puede incluso alabarse, pero que resulta fatal en el cine de géneros,
consustancial al cine clásico. Se cuenta que Van Dyke re-hizo el film, desechando buena parte del material rodado y
recomponiendo el reparto general, aun manteniendo a la pareja protagonista. Lo
segundo no lo pongo en duda. Lo primero, sí. Un visionado atento del film permite
concluir que Stenberg dejó poca huella en él (tampoco estuvo mucho tiempo al
frente del rodaje). Por el contrario, el halo fílmico de Borzage sí planea
claramente sobre buena parte de las imágenes (en particular, la manera de
filmar los primeros planos de los protagonistas) que podemos ver en la versión
estrenada.
Lamarr, Borzage y Tracy
Borzage y Lamarr
La
película bascula, pues, entre la historia de amor (marca Borzage) y la comedia de
enredo (modelo Van Dyke) sin terminar decidiéndose por un recorrido ni un
registro estable. Comoquiera que sea, justamente, es la perspectiva romántica
lo que más me interesa de I Take This
Woman.
Lo cual nos
lleva a la segunda objeción al film.
La intensidad del romance latente en la historia exigía la intervención de dos protagonistas
muy solventes que lo hicieran patente, es decir, verosímil. Spencer Tracy está, en efecto, colosal. Pero, Hedy Lamarr (la Kim Novak morena de Hollywood) no
está, ay, a la altura ni da buena réplica a uno de los más consumados actores
de la historia del cine. De Lamarr puede afirmarse, con buenas razones, que es
la actriz más bella que pasado por Hollywood, aunque la capacidad en la actuación no
esté al nivel de su hermosura. Nobody is
perfect…
Todo lo de Tracy me interesa. Asi que me la apunto.
ResponderEliminarSalucines
Y harás muy bien, amiga Abril. Para mí, Spencer Tracy es el actor más completo que ha habido en la historia del cine. Así que...
EliminarSalucines