Título versión española: Tú eres mío
Año: 1933
Duración: 87 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Sam Wood
Guión: Anita Loos y Howard Emmett Rogers
a partir de un historia de la propia Anita Loos
Fotografía:
Harold Rosson
Reparto:
Jean Harlow, Clark Gable, Stuart Erwin, Dorothy Burgess, Muriel Kirkland, Garry
Owen, Barbara Barondess
Producción: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
Hold Your Man (1933) es un film raro,
desconcertante, chocante, curioso. Una película con una primera parte magistral, en la que destacan algunos momentos
verdaderamente sublimes, pero que en la
segunda mitad inicia un declive tal que uno llega hasta a pensar si no estamos
ante dos films distintos, unidos en una misma cinta. Para empezar, Tú eres mío (enfático título en la versión
española) no puede presentarse al espectador con mejores referencias y
créditos.
Trama ideada
y construida por la ejercitada escritora Anita
Loos. Reparto capitaneado por una pareja mítica, Jean Harlow y Clark Gable,
quienes protagonizan aquí el tercero de los seis largometrajes que hicieron
juntos. Una producción MGM en sus
años dorados. En la dirección, Sam Wood. Cineasta de primera categoría, uno de los grandes del cine de todos los
tiempos, realizador de una obra sobresaliente, es director de dos célebres
trabajos con los hermanos Marx, Una
noche en la ópera (1935) y Un día en las carreras (1937), firmando
además algunos clásicos imprescindibles de la historia del cine. Pongamos que
hablo de Adiós, Mr. Chips (1939), Our Town (Sinfonía de la vida, 1940), Kings Row (Abismos de pasión, 1942), El
orgullo de los yanquis (1942), The Stratton Story (1949). Uno de los directores, en fin, que, por
si esto fuera poco, también pasó volando, aunque dejando su huella, por el
rodaje de Lo que el viento de llevó
(1939).
El comienzo
de Hold
Your Man es tan prometedor como trepidante, narrado en clave de comedia
y con el inconfundible sello pre-code,
gamberro, descarado, desinhibido, osado, propio de la época. Eddie (Clark Gable, sin bigotito y con
el cabello muy corto) es un truhán de
medio pelo que se gana la vida (y así se la está buscando…) alternando
timos callejeros con robos a pequeña escala, para lo cual cuenta con la
colaboración de algunos colegas no menos palurdos que él. La secuencia inicial (el timo de la sortija a un viandante), con
persecución policial por las calles, conserva el más puro estilo screwball de las películas cómicas
mudas.
Eddie conserva otras pretendientes que pugnan con Ruby por arrebatarle la pieza, pero la rubia platino se deshace de la competencia soltando su puño izquierdo de púgil profesional.
Eddie es más
torpe que Ruby en las peleas, o tiene más mala suerte que la chavala.
Intentando echar de casa a un tipo a quien han intentando embaucar y robar usando a la muchacha como cebo, por accidente, el ladronzuelo se
convierte en homicida. Por enredos de la vida (que la trama ingenia), es Ruby la que termina entre rejas (en
el film, se habla de «Reformatorio», lo que permite deducir que la joven es joven
de verdad, o sea, menor de edad), y no Eddie.
Partir de ese momento, la película ingresa en un universo distinto al anterior. La comedia adquiere tintes de melodrama carcelario; la narración pícara, traviesa y socarrona, que estábamos disfrutando adopta un tono sentimentaloide, hasta rozar lo ñoño y lo gazmoño. El mensaje rehabilitador y aun redentor de la condena en prisión, contenido en la segunda sección del film, resulta inverosímil y lo que es peor, cursi. Hasta el punto de la cosa acaba en la boda express de Ruby y Eddie en la capilla el recinto, sirviendo muy bien para la ocasión una visita de éste al establecimiento penitenciario, así como la presencia de un prior de raza negra, padre de una reclusa del centro, amiga de Ruby, que oficia la ceremonia.
Esta
circunstancia —que llevó a rodar una secuencia paralela con clérigo de raza
blanca destinada a la distribución del film al sur del país—, junto a la presencia del personaje de la reclusa activista revolucionaria, empeñada en que la
parroquia entienda la diferencia entre ser socialista y ser comunista, todo
ello y más, permite que el toque pre-code no se diluya plenamente en la
película. Una mixtura que desequilibra todavía más la historia. Y eso que la narración ya avanza en ese punto con serias dificultades. Caramba, es
que Loos, MGM y Wood hacen que incluso
todo un Gable (aunque todavía sin bigote) implore sollozante al prior para que
venza sus dudas acerca de la prisa y corrección del presuroso casamiento. ¡Gable llora!
Sea como fuere,
y pesar de sus rarezas y vaivenes, Hold Your Man
es una película con muchos elementos de interés, que, a mi juicio, merece la pena verse.
Siempre merece la pena recuperar éstas películas. Con defectos y aciertos es la historia del séptimo arte.
ResponderEliminarGable tenía y tiene mucho tirón.
Salucines
Con todo y con eso, esta película, amiga Abril, es un clásico que debe verse. Gable y Harlow forman una pareja de cine que echa chispas...
EliminarSalucines