De reciente publicación es la primera biografía consagrada in extenso a uno de los más memorables y
entrañables actores de la historia del cine: Walter Brennan. Editada con esmero por University Press of
Mississippi • Jackson
y muy bien escrita, con cariño y profesionalidad, por Carl Rollyson. Desde las
primeras páginas del libro, queda patente el respeto, la admiración y el afecto
que muestra el autor por Brennan, un actor irrepetible. A la vez, a poco que se adentre en la lectura del ensayo biográfico, advierte el lector que nos
hallamos ante el trabajo de un experimentado y solvente especialista en el
mundo del cine y la escritura. Carl Rollyson, doctor de Filosofía por la
Universidad de Toronto (Canadá), es autor de más de cuarenta libros, directa o
indirectamente, relacionadas con el género biográfico, de entre los que
interesa destacar en este espacio los dedicados a la memoria de estrellas del
Séptimo Arte, como Marilyn Monroe y Dana Andrews.
Walter
Brennan no ha pasado a la historia, sensu
stricto, como estrella del cine. Tampoco lo fue. Es mucho más que eso. «A Real American Character» reza el
subtítulo del libro. Brennan fue, en efecto, un americano de carácter, un símbolo nacional. Como
lo es, por ejemplo, Will Rogers,
actor igualmente emblemático de una forma de ser y estar, y entre los cuales
podrían establecerse notables y notorias
analogías: hombre hecho a sí mismo, cowboy, formado en la universidad de la
vida, humorista y bienhumorado, actor vital que entra en el mundo del cine sin
pisar una academia de interpretación, directamente desde las tablas del teatro
y del vaudeville.
«A Real American Character». Repárase en el motivo de la soberbia
portada del libro: el retrato que hizo del actor americano Norman Rockwell, el mayor ilustrador del american way of life, artista que elevaba a icono nacional no
importa el modelo que tomara para componer sus prodigiosas láminas.
La palabra
inglesa «character» significa en español «personaje». Dos lenguas distintas con
mismo significado verdadero: Walter
Brennan fue un personaje…
En lengua castellana, al character actor se le conoce como actor «secundario», término impreciso, que llega a ser incluso agraviante en referencia a bastantes «miembros del reparto», quienes en no pocas ocasiones representan el verdadero fundamento y soporte interpretativo de un film; como es el caso ejemplar del gran Brennan, sin ir más lejos. En lengua inglesa, suele reconocerse también a estos artistas por el significante supporting actor. ¡Y tanto que sustentan y apuntalan estos titanes y estas cariátides de las obras cinematográficas!
En lengua castellana, al character actor se le conoce como actor «secundario», término impreciso, que llega a ser incluso agraviante en referencia a bastantes «miembros del reparto», quienes en no pocas ocasiones representan el verdadero fundamento y soporte interpretativo de un film; como es el caso ejemplar del gran Brennan, sin ir más lejos. En lengua inglesa, suele reconocerse también a estos artistas por el significante supporting actor. ¡Y tanto que sustentan y apuntalan estos titanes y estas cariátides de las obras cinematográficas!
Hay muchas anécdotas a propósito del supporting,
bastantes de las cuales están registradas en el libro. He aquí algunas
muestras. Joel McCrea y
Barbara Stanwyck, estrellas de la
película Banjo on My Knee (1936. JohnCromwell) bromeaban a menudo con Brennan durante el rodaje del film: «We’re
supporting you. Be nice
to us» (Somos tu apoyos. Sé amable con nosotros).
Con menos
ironía, aunque con definitiva resignación, la estrella Gary Cooper mostró sus reparos a encabezar el reparto del film The
Westerner (El forastero, 1940.
William Wyler), una vez leyó el guión,
donde advirtió que el protagonista del film era, en realidad, el juez Roy Bean,
personaje que interpretaba Walter Brennan. Cooper ya había participado con
Brennan en Land of Liberty (1939),
obra colectiva y documento fílmico trufado de artistas. Pero el viejo Brennan
nunca pasa desapercibido. Sea como fuere, ambos actores vuelven a trabajar juntos
en más ocasiones: Meet John Doe (Juan Nadie, 1941. Frank
Capra), Sergeant York (Sargento York, 1941. Howard Hawks), The Pride of the Yankees (El orgullo de los Yanquis, 1942. Sam Wood), Task Force (Puente de mando,
1949. Delmer Daves).
Es comprensible la prevención de
ponerse junto a Brennan a la hora de rodar una escena. Era tal su fuerza de
carácter, su personalidad y su buen hacer, con los que lograba, sin proponérselo,
fagocitar a todo aquel que se midiera con él en el set de rodaje y en la
pantalla. Cuenta Rollyson en la biografía que el citado McCrea dejó firmada una
de sus fotografías a su compañero y amigo con la siguiente dedicatoria: «To Walter, I think you are a swell guy
even if you do steal the picture.» (Para Walter [Brennan], te considero un
gran tipo aunque me robes la película). El documento puede contemplarse en el National Cowboy & Western Heritage
Museum.
Además de
los nombres citados, Brennan ha trabajado junto a célebres luminarias del cine
de Hollywood, sea en el reparto —Humphrey Bogart, Jimmy Stewart, Henry Fonda,
John Wayne—, sea a los órdenes de directores de primera fila —John Ford,
Anthony Mann, King Vidor, Fritz Lang—, por citar sólo algunos ejemplos.
Los Premios
Óscar no se olvidaron de Walter Brennan, quien recibió tres estatuillas al Mejor
Actor de Reparto: en el año 1936 por Come
and Get it (Rivales. William
Wyler y Howard Hawks); en 1938, por Kentucky
(David Butler; si bien película sea de 1936); y en 1940, por The Westerner (El forastero. William Wyler).
No es para
menos, en una carrera cinematográfica
que transcurre a lo largo de cincuenta años, que da cuenta de más de doscientos
títulos, desde la etapa del cine silente hasta los años 50 y 60, con el colofón de su participación en series de
televisión. Fue, precisamente, para la pequeña pantalla donde hallamos el
último trabajo destacado de Brennan como actor, en este caso y por primera vez (ironía de la vida en el shown business),
en calidad de actor principal: The Real McCoys, serie que fue emitida desde 1957 hasta 1963, y
que, circunstancia habitual en muchos actores y actrices de cine, le
proporcionó una formidable popularidad. Con todo, Brennan no dejó de trabajar
hasta el último suspiro. Y aun después: el título que cierra su dilatada
filmografía Smoke in the Wind (Adonde muere el viento. H. P. Kingman)
fue estrenado en 1975, un año después de la muerte del actor. La película es,
para más señas, un western.
En la serie The Real McCoys, Brennan interpretada a
Amos McCoy, abuelo cascarrabias y vejete (old
shep; codger) que en gran medida
reafirma la quintaesencia del character
que hizo famoso al actor. Como puntualiza Rollyson en la biografía, a cuento de
Brennan es lícito hablar de arquetipo (A
Real American Character), más no de estereotipo. Pues, supondría un error
encasillar la rica gama de registros interpretativos de un actor que brilla, ciertamente, en los
papeles de viejo simpático y gruñón (los films The Far Country [Tierras lejanas, 1955] y Rio Bravo [1959],
acaso representen dicho paradigma), pero que sobrecoge, asimismo, en el papel de desalmado
rufián como patriarca de los Clanton en My
Darling Clementine (Pasión de los fuertes, 1946. John Ford) o borda el difícil papel del
poliédrico y ambiguo personaje del Roy Bean en citado film The Westerner.
Walter
Brennan, tipo con apariencia de hombre viejo desde la juventud, actor de la vieja
escuela, que se mueve con similar soltura en los géneros más diversos, sigue siendo todavía hoy, no sólo
un auténtico símbolo del cine americano, sino un modelo de character for all
seasons, un actor para la eternidad.
Un libro que no habrá que perderse. ¡Qué gran actor y qué gran ilustración la de Rockwell para un tipo de carácter !..un "robaescenas"..es aparecer él y no puedes quitarle la vista de encima, de los que te hacía sonreir siempre por dramático que fuese su personaje.
ResponderEliminarInolvidable juez Roy Bean, un secundario de lujo en tantas películas estupendas como Juan Nadie, en los westerns, su cara es de las que nos llevan inmediatamente a Hawks, a Ford.. podía estar perfectamente al lado de monstruos como John Wayne, Gary Cooper o Henry Fonda.
Estupenda reseña, amigo Fernando.
Salucines
Gracias, amiga Abril. Leyendo la biografía sabes también que Brennan fue un hombre sensato; un buen tipo, en fin...
EliminarSalucines
Uno no es muy consciente del número de películas en las que participó Walter Brennan hasta que se detiene a comprobar su filmografía. Leyendo tu recensión iba diciendo: "ah, es cierto", "claro, aquí también"....por no hablar de todas las películas que no he visto.
ResponderEliminarY estoy muy de acuerdo contigo en lo de "tipo con apariencia de hombre viejo desde la juventud" pero es que gracias a esta característica Brennan parece, si cabe, más inmortal. Por él parecen no pasar los años.
En verdad, amigo deWitt, que Brennan es actor inmortal que merece ser recordando y admirado.
EliminarSalucines
Un grande entre los grandes. En Rio Bravo lo borda como siempre. Muy buena entrada.
ResponderEliminarGracias, Manuel, por tu comentario, y bienvenido a Cinema Genovés.
EliminarEstá bravo allí Brennan. Pero, en efecto, ¿en qué película esta mal..?
Salucines